1. Los dulces labios de Laura


    Fecha: 23/01/2018, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... coquetamente hacia abajo penetrado en el inicio de su raja. Por lo demás deja sin vello el resto, incluso debajo de su entrada. Déjenme decirle que Laura tiene la característica de contar con mucho pelo y sus sesiones de depilación "privada" son cada dos días. Por ello su monte tenía un tono algo verde lo mismo que la piel que rodea sus labios y su ano. Como ya les dije yo no pretendía que mi pene fuera objeto de una sonrisa, así que para excitarla toque su clítoris con las yemas de mis dedos mojándolos constantemente en sus jugos. El ambiente olía tremendamente a sexo, su vagina despedía no solo líquido también ese fuerte aroma a ella. No puedo describirles lo que sucedía en mi cabeza porque el tocar una colita que no era la de mi mujer me tenía tremendamente enloquecido. La sesión duró un buen rato hasta que Laura me suplicaba "por favor penétrame, no me dejes así", yo evite a toda costa hacerlo aunque mi rabo estaba casi rompiendo los pantalones que ya tenía mojados. Nos besamos y le pedí que se vistiera porque ya era tarde. Fui al baño a descargar todo lo que estaba ya en la punta de mi pene. Puedo decirles que eyaculé como en mis mejores años de adolescente. Al volver a mi oficina Laura estaba sentada en mi silla fumando, se había cambiado de ropa. Tenía puesto un vestido azul sin mangas y no llevaba sostén. Al verla allí pensé :"soy un mal amigo, ella se afanó por sorprenderme y yo no accedí a sus deseo" Pero como acababa de perder la erección pensé que solo haría el ...
    ... ridículo. Así que la bese tiernamente en la boca mientras acariciaba sus pechos por encima del vestido. Volví a besar su cuello y con una mano le cerré sus ojos. Ella esperaba más así que incliné la silla un poco y comencé nuevamente a tocar su raja, la verdad estaba tan mojada que toda mi mano se llenó de su néctar. Pero yo no podía reaccionar. Así que decidí comerle la cola hasta dejarla agotada. En 9 años que tengo con mi mujer nunca me ha permitido comérsela a ella, dice que no le gusta, así que ahora tenía allí la oportunidad y no la desperdiciaría. De toda la sesión esta es la parte que recuerdo mejor pues Laura me cumplió uno de mis más íntimos deseos. Lentamente le subí el vestido hasta dejar al descubierto sus bragas. Se había cambiado un tanga del mismo tono de su vestido. Lo hice a un lado dejando al descubierto su dorado mechón de pelo y con mis dedos lentamente recorrí su vagina. Laura subió los pies al escritorio abriendo al máximo su colita. Me arrodille y comencé a lamer su concha. Lamí sus pelos hasta mojarlos, bajé con delicadeza mi lengua hasta su botón duro como piedra. Le lamía lentamente haciéndola gemir de placer. Intente mordisquearlo y ella tuvo un orgasmo increíble. Su hoyo dejaba salir más y más néctar que me apresuré a comerle. Su sabor era acidulado, estaba caliente y me nublaba los sentidos. Recorrí sus labios con mi lengua, mordí apasionadamente sus carnes, ella no podía más gritaba ahogadamente mientras se retorcía de placer. Entonces volví a su ...