1. Los amigos de mi mujer (2) Carlo


    Fecha: 15/09/2017, Categorías: Intercambios Autor: komo, Fuente: CuentoRelatos

    ... guarrerías que tanto había deseado que me hiciera a mí... y que nunca me había hecho… Marta, tomó el pene de Carlo con su mano, y, tirando de la piel hacia atrás, lo miró un instante, con deseo, se pasó la lengua por sus labios, y la introdujo en su boca despacio, como si dudara de la capacidad de ésta para engullirla... le chupaba la polla a Carlo, y la metía y sacaba de su boca como si fuera un helado, con exasperante lentitud, recreándose en ello y poniendo cara de mucho vicio. Yo, le miraba a través del espejo, y ella, me miraba a mí. En mi cabeza, algo me decía que esa noche, se iban a traspasar algunos límites, algunas vallas iban a ser derribadas, vallas que, inconscientemente, nos habían cercado hasta esa noche. Por mi parte, dejé que Nani tomara la iniciativa. Bueno, más bien, se la tomó sin contar conmigo… Apoyó un pié sobre la cama, y, abriéndose los labios vaginales con ambas manos, me mostró el sonrosado y apetitoso interior de su chochito. Desde luego, no lo dudé ni un instante, y abriendo mi boca, introduje mi lengua hasta donde pude, y me comí aquel manjar, saboreando los jugos que destilaba, como si de un panal de rica miel se tratara… De vez en cuando, apresaba con mis labios su clítoris, y le daba unas rápidas, pero delicadas mamadas, como si fuera otro pezón... Entonces, ella me sujetaba la cabeza por detrás, y me atraía hacia sí, con fuerza, a la vez que echaba su cabeza atrás, y arqueaba su cuerpo para facilitar la succión… Como si la escena estuviera ...
    ... preparada, nos empujaron hacia atrás a ambos, de tal forma, que quedamos Marta y yo tendidos, con las cabezas a la misma altura, enfrentadas una a la otra, sobre la cama. Noté como Nani me quitó el pijama y el slip, y se puso a acariciar mis testículos, e intuí que Carlo le estaba haciendo cosa parecida a Marta, pues vi que sus ojos se cerraron. Sin dejar de acariciarme los testículos, la boca de Nani, tomó posesión de mi húmedo glande, y, al mismo tiempo, la lengua de Carlo invadió la cueva de Marta. Nani comenzó a frotarme con sus pechos, sobre todo mi cuerpo, sin olvidarse de rechupetear mi capullo cada vez que pasaba por allí. Yo, correspondía asiendo ambos pechos con mis manos, y aplicando unos lametones en sus pezones, que estaban duros, como para rayar el cristal. Lo mismo hacía Carlo con Marta, que ya estaba resoplando con placer a causa de las lengüeteos y chupeteos sobre sus pechos y sobre su entrepierna. Marta acercó su boca a la mía, y mordió mis labios con contenido nerviosismo. Introdujo su lengua en mi boca, y recorrió todo los espacios de ella. Yo correspondí en la suya. Nani se montó sobre mí, después de lubricar bien con su saliva todo mi cipote, y comenzó a cabalgarme rítmicamente, sin prisa, recreándose en el recorrido. A través del espejo, pude seguir la escena sin perder detalle, como si fuera un voyeur. Disfrutaba doblemente, por mí, y por Marta. Carlo humedeció su glande con su propia saliva, y lo hundió en lo más profundo del coño de Marta, comenzando ...
«1...345...9»