1. Mis primeras experiencias anales


    Fecha: 05/02/2018, Categorías: Anal Autor: coleccionista, Fuente: xHamster

    Mis 18 fue mi año de sexo hetero. Luciano, que es el chico con el que mantuve relaciones sexuales por primera vez fue un gran amante, no me podía quejar por nada. Aún me masturbo a veces pensando en él, y en la forma en que me tocaba y me sostenía, y cómo me besaba, y cómo me penetraba… a veces tan salvajemente, a veces tan cariñoso.Nuestro primer mes de relaciones no fue el mejor que tuve, lo admito, no lo disfruté mucho, excepto cuando le hacía sexo oral o el me lo hacía a mí, pero el sexo en sí no lo lograba disfrutar. Pero era solo cuestión de costumbre, pues progresivamente se comenzó a sentir más rico, hasta que un día finalmente me corrí de una manera única hasta ese entonces. Y desde esa vez que me corrí cada vez que lo hacíamos, me volví adicta a su pene, y al olor que quedaba en mí tras el sexo… olor a sudor, semen y mi propia humedad sexual.Pero todo se terminó debido a que él se tuvo que ir de Limache, la ciudad donde aún vivo, para ir a vivir al sur, porque iba a estudiar allá, después de un año sabático. Aún hablamos, y aun cuando él viene a Limache me entrego a él, y él se entrega a mí, a pesar de saber que nos acostamos con otras personas, y especialmente a pesar de que él tiene una polola allá en el sur, que nada sabe de nosotros.Pero al grano, bastante tiempo después de estar sola y gozar de mi mano, empecé a desear algo más intenso. Yo me declaraba una mina caliente y dispuesta a experiencias nuevas. Asi fue como, a través del porno, caí en la tentación ...
    ... del placer anal.Al principio solo me lo acariciaba mientras me duchaba, era una sensación extraña, sensible, pero aún lejos de producirme placer. Asique comencé a acariciármelo mientras me masturbaba, después de haberme aseado bien. Me echaba en mi cama de costado y, levantando mi falda, con una mano estimulaba mi suave y húmeda vagina; y con la otra hurgaba entre mis cachetes, tocando el nudo que era mi ano, tan tenso y tan sensible. De esa forma lo comencé a encontrar cada vez más erótico y rico.El siguiente paso, por supuesto fue comenzar a introducir mi dedo en aquel agujero que era la salida de mis deshechos. Masturbándome de la misma forma comencé de a poco a ejercer presión con mi dedo índice en mi ano. Tuve que relajarme un momento antes de que la tensión desapareciera un poco y éste dejase entrar a mi dedo. Solo lo había entrado un poco antes de que mis músculos se tensaran nuevamente. Era una sensación muy extraña… como un calor o un ardor dentro de mí. Seguí haciendo presión, dispuesta a llegar hasta donde pudiera resistir. Y no me dolió en ningún momento, solo existía esa sensación de ardor que era algo incómoda. Y esta sensación no hizo más que aumentar en cuanto, tras haber introducido todo mi dedo, lo comencé a sacar.Seguí haciendo aquello durante un rato, esperando que comenzara a gustarme, pero nunca sentí placer real hasta que acompañé esa maniobra con una estimulación a mi clítoris. No sé muy bien cómo describirlo, pero el ardor que sentía en mi culo parecía ...
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