1. Amalia y el mulato


    Fecha: 05/02/2018, Categorías: Infidelidad Autor: murgis, Fuente: CuentoRelatos

    ... sobando a mi mujer como diez minutos hasta que dándole la vuelta la colocó delante de la mesa de la cocina. Agarrándola por los brazos la sentó frente a él y echándola hacia atrás la colocó con la espalda apoyada en la mesa pero con las piernas colgando fuera. Se sentó en una de las sillas y colocó otras dos a los lados de las piernas mujer. Acto seguido abriéndole las piernas las colocó sobre los respaldos de las sillas. Algo así como la mesa de un ginecólogo. Le subió el camisón hasta más arriba de la cintura y empezó a besar las piernas. Primero los pies, siguió subiendo por las pantorrillas. Luego empezó a besar y a pasar su lengua por el interior de sus muslos para acabar lamiendo y chupando los labios de su coño y su pipa. Mi mujer ya estaba absolutamente abandonada a lo que le estaba haciendo sentir el mulato y anda que no ha follado con mulatos negros etc., lo que pasa que ella dice que cada macho es distinto. La imagen era de lo más ardiente. Con el camisón por la cintura totalmente abierta de piernas delante de aquel mulato y acariciándose los pechos y gimiendo cada vez que sentía que su pipa era atrapada entre los labios del mulato. Llegó un momento que me di cuenta que ya no podía aguantar más y que necesitaba correrse. El mulato se dio cuenta también y para mi sorpresa le dijo. Sé que necesitas correrte. Que ya no aguantas ni un segundo más sin tener un orgasmo. Pero no voy a ser yo el que haga que te corras. Vas a hacerlo tú. Vas a masturbarte así como estas ...
    ... delante de mí. Quiero ver como una perra blanca como tú se masturba hasta correrse delante de este mulato, cogió un pepino y se lo dio para que se lo metiera por el coño, yo no podía creerlo, mi mujer empezó a metérselo en su coño diciendo absolutamente fuera de sí, joder que bueno pero yo lo que quiero es tu polla caliente no esto, y el mulato le decía tranquila jefa que ahora después la voy a follar, que suerte he tenido voy a tener trabajo y hembra a quien follar, Viva España. Mientras que con una mano se acariciaba la pipa se metía el pepino dentro de su coño cada vez con más fuerza y más velocidad hasta que arqueando la espalda empezó a temblar y tuvo una corrida formidable dándole al mulato lo que le pidió. Casi no había acabado de correrse cuando el mulato acercó la cara a su coño y empezó a besarlo, lamerlo, chuparlo mordiéndole la pipa en otras palabras una comida de coño diciéndole tiene gusto a pepino jaja. Al cabo de unos minutos mi mujer no hacía más que mover sus caderas y con sus dedos abría sus labios del chocho para sentir mejor la comida de coño que le estaban dando. Empezó a llorar y a gemir como nunca la había visto y no paraba de decir. Por favor no pares sigue así. Ese hombre la estaba llevando a un estado en el que mi mujer no era ya consciente de sus actos solo quería sentirse mujer cachonda como es ella. Y de verdad que lo fue. Esa noche por segunda vez en menos de cinco minutos tuvo otra corrida todavía más fuerte y largo que el primero con el pepino. ...
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