1. Esther una madura necesitada


    Fecha: 08/02/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: cartuz, Fuente: RelatosEróticos

    ... pero la suavidad de mis caricias en sus piernas y mi decisión, hicieron que poco a poco y sin poder evitarlo se estremeciera y empezara a temblar dejándome hacer. Yo estaba totalmente ido, estaba viendo que ella me dejaba seguir poco a poco, era lo que siempre había querido hacer y no podía más del calentón que esa situación me estaba produciendo. Ella seguía hablando y poco a poco subí más mis manos y le levanté la parte posterior del vestido, quedando delante de mí su culo tapado por unas braguitas blancas. Empecé a tocar la parte interior de sus muslos, cerca de su coñito, ella al principio, pero muy al principio, apretó bien las piernas para no dejarme llegar, pero luego abría cada vez más sus piernas, estaba excitadísima, así que pasé a tocarle su coñito por encima de las bragas, estaba más que mojada. Estaba tan ensimismado que ni me entere cuando se despidió. Oí el golpe al colgar el teléfono. Ella se apartó diciendo en voz alta… ES QUE NOS HEMOS VUELTO LOCOS... Yo la dije si te estaba gustando sigamos y ella rápidamente me dijo que mentira que no le gustaba, entonces enseñándola mis dedos la dije ¿Y esto…?, estaban mojados de sus jugos. Ella no sé si nerviosa o excitada, tal vez ambas, me dijo… mira te hago una paja te vas y ya está, ¿De acuerdo, hay trato? Yo dije que si con la cabeza y me senté en el sillón. Ella se acercó se sentó a mi lado y me dijo ya te podías desabrochar tú el pantalón. Así lo hice y ella estiro su manita y para facilitarlo más me baje ...
    ... pantalones y boxers. Ella de pronto se quedó mirando y me dijo que cuanto me media, la dije que ni idea, ella se puso a hacer la paja y no le abarcaba bien la mano, se la notaba cada vez más excitada y menos a disgusto. Mientras me la hacía yo estiraba una de mis manos para tocarla el culo en un principio por encima de la falda, pero según pasaba el tiempo ya la tocaba el culo por debajo, ella no protestaba, hasta que con mucho cuidado aparte la braguita y la metí un dedo, ella casi sin voz me dijo que eso no era lo acordado. Nada más terminar de decir eso, metí otro de mis dedos y empecé a follarla con ellos, ya no se pudo aguantar más, agacho la cabeza y empezó a lamer y a chupar. Ella solo gemía y me decía que era un demonio, que menuda polla, que eso era lo que ella necesitaba, estaba como loca. Se estremecía tanto que yo creía que con cualquiera de mis caricias se estaba corriendo y cada vez se mojaba más y más, llevaba mucho tiempo sin tener sexo en condiciones, eso me dijo. Estaba claro que su marido es un tipo simpático y como más tarde descubrí, como yo pensaba a esa mujer no le era suficiente. No aguanté más y la quite el vestido de manera violenta, así que se quedó solamente con sus braguitas blancas y sus ricas tetas desnudas que no eran muy grandes, pero lo que me dejo asombrado fue el tamaño de sus pezones negros en punta. Me puse detrás suyo con mi polla en su culo, frotándolo con un poseso, mientras le besaba, mordisqueaba y lamia, en la espalda, en el cuello, por ...
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