1. Diario de un putito (3)


    Fecha: 12/02/2018, Categorías: Gays Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos

    ... junto a él… -¿Me deja masturbarme, señor? –pregunté tímidamente y cuando me autorizó corrí hacia el baño, me masturbé sentado en el inodoro y bebí ávidamente mi semen que yo había hecho dar en la palma de mi mano izquierda… …………… Y sí, han pasado tres meses y soy, cada vez más, la nena putita del señor Roque… Tan nena y tan putita que empezó a compartirme… Hace algunos días, cuando fui a su casa, me encontré con la sorpresa de que había otro hombre con él… La sorpresa me paralizó cuando entramos al living, yo tomado de la mano por el señor Roque, que de un tirón me hizo avanzar algunos pasos… -Éste es Jorgito… ¿Qué te parece, Iñíguez?... El tal Iñiguez parecía tener una edad similar a la del señor Roque… Era alto y flaco, de cabello escaso color castaño y bigote finito, apenas una líneas sobre el labio superior… Vestía una remera blanca y pantalón azul… Hizo un silencio mientras me observaba de arriba abajo y por fin dijo mientras se acercaba: -Es increíble de tan lindo, che; nunca vi nada igual… -y enseguida agregó: -Date vuelta, nene, quiero verte el culo… -Yo estaba por obedecer cuando el señor Roque intervino: -No, esperá, Iñíguez, que se desnude… -Sí, mejor… -reconoció el señor Iñíguez y entonces empecé a desvestirme entre los comentarios de ambos hombres… -Qué pechito tan lindo tiene… Lisito, suave, sin un pelo –dijo el señor Iñíguez… -Y fijate que ...
    ... es un triángulo perfecto, por lo fino de la cintura… -Sí, cinturita de nena… Los comentarios arreciaron cuando me quité el pantalón y el slip… -¡No se puede creer! ¡Es un bombón!... –Casi gritó el señor Iñíguez a la vista de mis caderas y mis piernas… y volvió a ordenarme que me diara vuelta… Lo hice y entonces gritó: -¡Qué culo tiene! ¡qué culo! –y enseguida sentí sus manos crispadas en mis nalgas, aferrándolas mientras jadeaba… -Démosle ya mismo, Roque… -Sí, soltalo que vamos al dormitorio… -pero el señor Iñíguez estaba muy apurado y entonces dijo: -No, Roque, démosle acá, no perdamos tiempo, ¡Ahí! –y señaló la mesa. –Que se incline ahí… El señor Roque estuvo de acuerdo y entonces me incliné hasta tocar la madera de la mesa con el pecho, listo para el empalamiento… ¡Ansioso de tragar verga!... -Primero vos, Iñíguez, por ser tu primera vez con el nene… Esperá que traigo la vaselina… -Y mientras el señor Roque iba a buscarla, el señor Iñíguez me sobaba las nalgas y me besaba en la nuca, en los hombros y en la espalda con labios que iban bajando hasta llegar a mi culo, que besaba y lamía con desesperación mientras con un dedo exploraba mi orificio anal haciéndome estremecer y gemir… -Te gusta, ¿eh, nene?... murmuró pegando su boca a mi oreja izquierda… -Ay, sí, señor Iñíguez… -admití mientras sentía cada más fuerte el deseo de ser penetrado… (continuará) 
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