1. Bebe mi semen sin saberlo


    Fecha: 13/02/2018, Categorías: Masturbación Autor: youngsioux77, Fuente: xHamster

    ... influir si a mí me importaba o no.Ella pasaba por el pueblo los findes de semana. Se acercaba ya la primavera del año siguiente cuando ella fue a la biblioteca en una de sus largas jornadas de estudio. Me dijo que me pasara por allí y que así podríamos vernos, cosa que me pareció bien. Cuando llegué ella estaba acabando de repasar un apartado. Estaba con su ya típica camisa de tiras negra, que se ponía evidentemente por su comodidad. Esta vez pero llevaba sujetador y sus tetas se comprimían en un escote brutal con una raya negra como un precipicio. Me pidió que le trajera un café, si era tan amable, mientras ella terminaba, así que me dirigí a las máquinas de la planta de abajo. Al pasar junto a los baños se me ocurrió una perversa idea: pajearme y correrme dentro de su café. Pero no, ella era mi amiga. Compré su café y el mío: para esos momentos mi polla ya empezaba a bombear sangre cada vez más caliente. Al llegar a su mesa comprobé como un estúpido que me había olvidado de mi café. Le dejé el suyo a su alcance. Entonces ocurrió algo rápido y maravilloso. Ella, más torpe y distraída que yo por haberme olvidado el café, había derramado el café encima suyo, dejando todo hecho un estropicio: sus apuntes, su cuello pegajoso y su camiseta de tiras, ahora mojada por el café y más ceñida todavía. Ella maldijo todo lo que pudo mientras yo la veía apretarse los pechos para extrar todo el café que en su camiseta había. La asistí con unas servilletas y le dije que no se preocupara, ...
    ... que le traería otro café. Me fui y ella exclamó que qué haría sin mí, que soy un amor.Interpretando todo esto como una señal y con mi polla más dura que una piedra fui en busca de la máquina de café. Compré café solo. Rápidamente me encerré en el baño de señoras (me dio más morbo allí) y me hice una paja rápida a la salud de Sandra, pensando en cómo se estrujaba sus tetas para que el café saliera, en cómo ya había mancillado sus shorts año atrás. Cuando me corrí lo hice demasiado, como compensando tantos años de deseo. El café se llenó hasta arriba y unas burbujas giraban en el centro cuando yo lo revolvía. Caliente como estaba, los residuos de semen que tenía enganchado en la punta los puse sobre el borde de la taza de plástico. Me lavé las manos y me largué. Cuando llegué Sandra recibió mi café cerrando sus libros empapados. Su escote parecía liberado. Ella recogió el café y se lo bebió de un sorbo. Quise morir de la erección que tenía al ver que Sandra estaba tragando mi esperma. Le pregunté qué tal el café y dijo que el del bar de enfrente estaba mejor. Cuando retiró su taza de la boca y yo pensé que no podía pasar nada más morboso y excitante, el grumo de corrida, el semen último, el que había puesto en los bordes, había quedado como un moco sobre el lunar del labio superior de Sandra. Ella se notó algo líquido encima de su boca y lo chupó como queriendo secárselo. ¡Ella pasó la lengua por mi corrida! No sólo había ingerido una gran cantidad de semen mío sino que ahora ...