1. Elena, mi profesora del colegio


    Fecha: 13/02/2018, Categorías: Sexo con Maduras Confesiones Autor: Alexander0022, Fuente: CuentoRelatos

    ... caderas, sus nalgas que se comían mi pene cada vez que bajaban y reaparecía cuando subían. La tome de la cintura y la coloque de perrita sobre el sofá, tome mi pene y la penetre. Mientras me movía dentro de ella una de mis manos tomaba su cintura, y con la otra me aferraba de su tanga. Elena gemía y decía mi nombre. Intentaba controlarme, pero de verdad, estaba muy caliente. No quería perder el control de la situación y alargar lo más que pueda el momento. Siempre me gusta hacerlo así. Y más si son oportunidades únicas. Las nalgas de Elena sonaban al ritmo de mis embestidas. Hasta que sentí como mi pene se apretaba, era consumido mas por su vagina, ella gemía más fuerte y sentí un gran flujo mojar mi pene. -¡Me vine!- ¡Me vine!- ¡Pará un poco!- Me dijo Elena, con un tono de sufrimiento, agitada. Saqué mi pene de su vagina, ella se sentó en el sofá, me miro y empezó a reírse. Ambos reímos de la situación. Me agaché y besé la parte de sus piernas que quedaban descubiertas. Lo demás seguía tapado por el jean que no se lo había quitado. Con sus piernas de lado corrí nuevamente su tanga, metí mi pene lentamente en su vagina. Entraba y salía con lentitud. Sus zapatos azules me causaban un gran morbo. Esa posición hacia que se sintiera muy apretado. Sentía que mi pene estallaría dentro. Sin embargo no paraba con mis movimientos. Elena se acariciaba los senos mientras yo lo hacía. El calor nos invadía a ambos. Su cara estaba roja. Y su vagina muy mojada. Me quité, la tome de la mano ...
    ... y la coloque sobre la mesa, levante sus piernas y las coloque sobre mi hombro, corrí su tanga, penetrándola. Mis movimientos ahora eran bruscos. Con velocidad. Hacia adelante y hacia atrás. Elena gemía mientras se mordía los labios como toda una puta. Quería que se corriera una vez más para poder acabar después yo. Ya no daba más. Saqué mi pene, la tomé y la puse de perrita apoyada con sus brazos sobre la mesa. Metí mi pene en su vagina y retomé mis movimientos, rápidos y duros. Hasta que mi esfuerzo dio fruto. Sentí que su vagina nuevamente apretaba de más. Elena se vino, un sonido vaginal me lo aviso, con el flujo mojando mi pene, cubierto con el preservativo. Me quité el preservativo y así como estaba Elena, de perrita, metí mi pene en su vagina. Podía sentir todo, más. Lo profundo, caliente y mojado de su vagina. Ella empezó a moverse lentamente. Dispuesta a sacarme todo el semen que tenía acumulado. -¡Dame la lechita en la cola amor!- Me dijo. -¡Dale amor, no tardes!- . - ¡Ya quiero sentir!- Volvió a insistir. Mi pene se hinchaba más y más con cada movimiento de sus nalgas, chocando contra mi pelvis. Lento pero profundo. Hasta que no aguanté más. Saque rápidamente mi verga y me masturbe. Hasta que los chorros de semen empezaron a salir disparados. Sobre su espalda los más largos. Y luego sobre sus nalgas. No dejaba de eyacular. Era demasiado el semen que se había acumulado. Elena miraba como su cola era cubierta por mi esperma, mientras se mordía los labios y sonreía por ...