1. Mi segundo encuentro: Ella-él.


    Fecha: 17/09/2017, Categorías: Transexuales Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... pechos y su vientre liso. Sus piernas largas, lucían casi todas desnudas, pues apenas y se cubrían por unos pequeños shorts de licra. Con esta visión, sentí la necesidad de ir a su encuentro, y sorprenderla como lo hice con mi tía. Por eso, me quité el abrigo y el corsé, y desnuda totalmente me dirigí al cuarto de baño. La puerta estaba abierta, y los vapores de la tibia agua se aglomeraban por todo el cuarto. No se percató de mi presencia, y yo para no mojar mis cabellos, me coloqué una cofia de vinyl y sin más, corrí a un lado las cortinas, y ella me observó sorprendida. Pero, sin más, me tomó del brazo y me llevó consigo. Cuantas gotas de agua rodaron por nuestras ardientes mejillas, no lo sé. Pero nuestras bocas, incapaces de hartarse de tanta humedad al estar una a la otra unidas por locos besos, decían sin articular palabras el deseo desenfrenado que nos unía ahí bajo la ducha. No sé cuánto tiempo la besé, mientras mis atrevidas manos tocaban sus pechos, y su erecto miembro, largo y duro, aguardaba con una consistencia de guardián a que le tocará su turno. Y fue Lorena misma, quien poseída de una fiebre interna por aquel placer espontaneo, quien me hizo descender ante su miembro, el cual se ocultó dentro de mi boca. Mis manos jugaban con él, lo movían de arriba abajo y mi lengua lasciva parecía derretirse en todo su contorno. Sentía que las piernas de Lorena ...
    ... temblaban con aquella ardiente labor, y sus manos largas y delgadas apretaban mi cofia. Dispuesta a llegar al final de aquello, pues no lograría frenar mi paso de lujuria, como una loca salvaje terminé aquel sexo oral, y sentí su caliente líquido en mi rostro. Ella estaba exhausta, pero yo aún sentía el fuego de mis partes, por eso salí de la ducha, y puesto que estaba preparada para más, tomé un dildo strapless que llevaba en mi bolsa, y mientras colocaba la parte curva en mi vagina, lanzaba una mirada de deseo a Lorena, quien estaba de rodillas, recibiendo la tibia agua. Sentí una rica delicia al sentir aquel miembro de plástico en mi cavidad, y la parte exterior, larga y rosada, pronto se adentró en el depilado y bello ano de Lorena. La coloqué a gatas mientras el agua nos caía en las espaldas. Entonces, la penetraba con total salvajismo. Ella jadeaba, gemía, y tanto era el agrado que sentía, que nuevamente su pene tuvo otra erección. Continué gozando de aquel bello placer, pues de pie, tenía sobre mí su espalda mientras la penetraba con locura. Besaba sus hombros, mordía sus glúteos y al final, ella me llevó a su cama, donde mojados aún y con mi dildo aún en mí cavidad, ella me hizo el amor penetrándome salvajemente hasta que expulsó nuevamente toda su carga. Una loca idea, hizo abrir mi boca para decirle que la amaba; ella, en una sonrisa natural me dijo lo mismo. 
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