1. El taxista abusa de mi


    Fecha: 20/02/2018, Categorías: No Consentido Dominación Autor: fernandete, Fuente: CuentoRelatos

    ... Por inercia rehusé a chuparla y me propinó enseguida una bofetada: -Chúpame zorra! Que si no te dejo aquí tirada en medio de la nada a ver si sobrevives. La bofetada me hizo reaccionar y me excitó mucho como me tenía sometida, como controlaba toda, me gustaba estar a su merced. Miro de cerca con asombro ese miembro que antes invadía mi concha: estaba lleno de venas, de color muy oscuro y con muchos vellos alrededor. Jaló mi cabeza hacia su polla pero yo no abría la boca aun, restregó su pene sobre toda mi cara, golpeteaba mis mejillas con él y frotaba su cabeza hinchada contra mis labios cerrados. Como no colaboré soltó su pija y me tomó bruscamente del cuello para asfixiarme un poco, provocando como reflejo que yo abriese la boca y ahí fue cuando aprovechó para meterla y hacérmela engullir. La verdad tuve que abrir mi boca como nunca pues era demasiado gruesa para mi. Por fortuna no era larga, incluso era más corta que la de mi pareja, de otra manera me hubiera roto la garganta. Mi boca se estiró al máximo para comerla, sentí que me mis mejillas reventarían y la comisura de mis labios se romperían. Me sostuvo de la cabeza para que me quedara inmóvil y poder comenzar a follarme la boca. Su miembro y secreciones eran de un sabor fuerte que en otras circunstancias hasta hubieran resultado desagradables, no sé por qué estaba fuera de mí, yo era otra en ese momento, su hedor me calentó como gata en celo. -¿Te gusta mi palo ehhh? Eres toda una come vergas, sigue tragándolo hasta ...
    ... el fondo! Me excitó tanto que me dijera cosas sucias, engullí esa verga con entusiasmo, nunca había tenido una así, era como juntar el grosor de 3 de las pollas más gruesas que conocía anteriormente. Después de un buen rato sus movimientos comenzaron a ser más lentos y escuchaba como jadeaba, noté que si falo se hinchaba por lo que supe terminaría pronto. Sus primeros disparos no tardaron en llegar, su semen espeso brotaba hacia dentro de mi boca y se escurría por los lados como una cascada pegajosa. Aparte de que fue una cantidad muy generosa como para poderla tragarla, no me apeteció hacerlo por el sabor salado y asqueroso que tenía, por lo que escupí la leche en el piso. Una segunda bofetada me alcanzó en ese ínstate: -Eres una pendeja malagradecida! Cómo te atreves a desperdiciar mi leche de esa manera – me gritó. -Verás cómo te castigo por no ser buena zorra conmigo -me dijo al tiempo que sacaba su trozo de carne de mi boca. Cuando su polla dejó de ocupar mi boca la sentí toda floja y estirada, mis labios irritados y mi mandíbula me dolía por haber estado mamando por tanto tiempo. Enseguida me puso de pie y me giró de espaldas a él, empujándome sin más sobre el cofre delantero del coche, pegó mi cabeza sobre la fría superficie y sin pronunciar palabra alguna me la metió por el culo. Mis lágrimas y gritos llegaron de inmediato, pero ni mi estrecho ano fue barrera para él, llenándome el hoyito con todo su mástil. Aun no entiendo de dónde sacó tanta fortaleza y potencia pues ...