1. Tarde de pasión


    Fecha: 21/02/2018, Categorías: Grandes Relatos, Sexo con Maduras Autor: Jazmin911, Fuente: CuentoRelatos

    Esta aventura transcurrió en mi trabajo, hace unos años atrás. Soy empleada administrativa, y mi trabajo es bastante monótono y aburridos la mayoría de los días. Gracias al grupo de compañeros que tengo y una oficina cerrada se hace más llevadero entre bromas y risas, sin ser descubiertos por nuestro jefe. Entre ellos esta Aníbal. Aníbal, es un hombre de 53 años. En muy buen estado físico, gracias a que dos veces por semana juega tenis y entrena a diario. Sus ojos verdes, su pelo castaño entrecano y su bella sonrisa pueden enloquecer a cualquier mujer, entre las cuales estoy yo, que a pesar de diferencia de edad, a mis 30 años me robaba más de un suspiro diario. Por el estilo de trabajo, debo vestir bien con pantalones o Jean que ajustan mi cola y dejan ver su redondez y camisas o blusas con algún escote tímido haciendo notar el naciente de mis pechos medianos y Aníbal en cada oportunidad que tiene, se deleitaba con ellos. Al principio solía molestarme un poco, pero a la vez lo provocaba para que los viera. Era jueves por la tarde y nos quedamos solos en la oficina y siguiendo instrucciones de nuestro jefe, trabajamos con unas planillas bastantes tediosas. Teníamos que hacerlo en su escritorio dado que la información estaba en su computadora. El escritorio no era muy amplio pero podíamos trabajar los dos. Era un día bastante caluroso por lo cual decidí esa mañana ponerme un vestido corto, una tanguita pequeña de color blanca que hacia juego con el corpiño y zapatos de tacos ...
    ... altos, sin saber que a la tarde pasaría algo inesperado para mí. El trabajo entre los dos, ese día era fluido, y en una oportunidad descubrí la mirada de Aníbal en mis pechos a lo cual le devolvía una sonrisa picaresca y pregustándole… - ¿Tomamos un café? - Si, por favor. Mientras voy al baño a lavarme las manos. – me responde de prisa. Salgo del escritorio para preparar el café para ambos. Dado al tiempo que llevamos trabajando juntos, ya conocía sus gustos y se lo prepare tal como le agrada, y me coloque perfume en el cuello y pechos. Lo espere a que regresara del baño, con las dos tazas de café, pero esta vez mas retirada del escritorio, cruzada de piernas, oliendo un exquisito perfume. Escuche la puerta del baño y sentí en el estómago un cosquilleo y dirigí mi vista hacia él. Al verme en esa posición, quedo paralizado, casi con la boca abierta y me dice con la voz entrecortada - ¡No había notado lo linda que estas hoy! - Gracias… Mientras le respondía, no dejaba de mirarlo y tome un sorbo de café. Aníbal se dirige a su silla para tomar el café que le prepare, diciéndome lo sabroso que estaba. Continuamos con el trabajo en forma normal, pero ambos estábamos muy inquietos y nerviosos. En un momento de silencio siento su mano cálida y suave recorriéndome la pierna y se aloja muy cerca de mi entrepierna. Tengo que confesarles, que comencé a temblar y al instante escucho un susurro en mi oído. - Tranquila hermosa… –Su mano siguió moviéndose hasta llegar a meterla por debajo del ...
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