Mi Mente Sucia 2 (Perturbándome) - Relatos Eróticos

Mi Mente Sucia 2 (Perturbándome)

... disfrutar el perfume de su espalda, de cómo mis manos temblorosas le recorrían con miedo hasta acabar en sus glúteos paraditos, no me di ni cuenta en que momento me corrí y seguidamente el también lo hizo sobre sus manos... Era la experiencia más placentera que pude haber tenido, no se comparaba en lo absoluto con nada vivido, ni siquiera la noche anterior cuando le entregue con mucho dolor mi agujero; esta vez estaba sintiendo otra sensación, le estaba dando por el culo a alguien por primera vez, era el esposo de mi tía, un macho viril, grande, musculoso y fue ese mismo hombre varonil y fuerte quien me había desflorado; alcancé la gloria por varias ocasiones esa noche. Una vez termine de llenarle todo su culo con mi semen de adulto (“según yo”), nos vestimos muy rápidamente y me ayudo a salir de ese lugar, del bosque del sexo, del paraíso de placer... tome mi bicicleta y me fui lleno de inquietudes y una sensación increíble y más por haberme vaciado en él. Para que necesitaba ese beso que le intente robar al principio, si lo que me ha dado esta noche fue más recompensante que cualquier beso. Llegue como a las 9pm a mi casa y no pude ...

... dormir; a los 14 cuando las hormonas están tan desatadas era increíble las veces que me masturbe pensando aun en ese culito tan rico, en que quería tenerlo todavía moviéndose en mi palo como en aquel momento cuando mi verga crecía y con muy poca experiencia se dejaba guiar por su culo mojadito. Ya no solo mi tío Lucas me había hecho suyo, sino que ahora también podía decir que su culo me pertenecía, que aquello fue el principio de un interminable cuento que aun continua, cada vez más excitante y comprometedor, con la misma lujuria y adrenalina. Y aunque he cambiado relativamente de teléfono y números, no ha cambiado la voz dentro de mí y a través del teléfono, esa voz insistente de sexo; siempre que me llama recuerdo aquella primera llamada, es como vivir una película con un final feliz, como si pudiera sentir que cada palabra perturbadora que sale de su boca recorre infinitamente todo mi cuerpo y no necesito nada más para lograr excitarme, solo tener a mi hombre, sentir su leche tibia y su pene caliente dentro de mí, su boca tragando toda mi verga y la imagen de todas las noches que ha cabalgado con este pipe que se pone duro cada vez que lo ve.