1. Desvirgamos a la hija de la sirvienta


    Fecha: 28/02/2018, Categorías: No Consentido Autor: ámbar coneja, Fuente: CuentoRelatos

    ... le prohíba. Eso solo empeoraría las cosas, y quizás corría el riesgo de que de buenas a primeras la guacha se las tome de su casa. Susana ni sabía quién era el pibe. Suponía que es el primo de una amiguita del colegio. Pero le aterraba que la fuera a dejar embarazada. Belén le dio el número de su ginecóloga para que la lleve, e inmediatamente dijo: ¡igual, si querés nosotros hablamos con ella… creo que necesita ayuda! Susana se tranquilizó y resolvió llevarla a la médica para que le hable del sexo y sus cuidados. Al tiempo Celeste vino una mañana a casa. Quedamos con su madre que podía ayudarle a regar plantas, ordenar vitrinas o aparadores, o lo que Susana le encomendara, aunque solo los fines de semana. Eran las 10 de la mañana, hacía un frío atroz y la loquita vino de la calle en calcita y musculosa. El saquito de hilo ordinario que traía no le tapaba un cuerno. Belén y yo estuvimos cogiendo con los episodios de esa calentona en nuestros labios, y ahora la teníamos en casa! Belén hacía fiaca en la cama cuando llegaron. Así que les abrí, les di las indicaciones de lo que había por hacer y fui a lavarme la cara. A la hora, Celeste entra en mi cuarto luego del llamado de Belén, que estaba sentada en la compu en top y bombacha. ¡Cele, quiero que tiendas la cama, que ordenes todos los libros de la biblioteca, y después me ayudás con el cajón de mi ropa interior, sí?!, dijo ella mientras yo cerraba la puerta con llave. Ya lo habíamos planificado todo. Entonces Belén le ...
    ... rezongó apenas levantó un papel de alfajor del suelo: ¡mirá nena, no te hagas la inocentita con nosotros, que sabemos las chanchadas que hacés por ahí! ¡¿mi mamá les contó todo?, es una pelotuda!, dijo enrarecida la nena. Belén se levantó para deshacerle la trenza del pelo y le dijo: ¡bajate la calza y subite la remera, ahora! Yo no podía pronunciar palabra. ¡es todo mentira eso, mi mamá está re loca!, se defendía Celeste sin cumplir con lo que le solicitó Belén. ¡aah, sí?, y cómo tenía la pija el pibe con el que te whatsappeabas?, te tocás toda cuando tus papis duermen pajerita, y le mostraste las tetas a ese degeneradito?!, decía acaramelada mientras le besaba el cuello. Celeste no quería saber nada con exhibirse, y menos cuando Belu le gritó: ¡escuchame atorrantita, cómo era la pija del pibe al que calentabas?, nunca viste un pene en vivo y en directo?! Ella suspiraba nerviosa y apretaba los labios con los besos de Belén erizándole los hombros y brazos. ¡amor, mostrale la verga a esta nena, que para mí su madre tiene razón, tiene un olor a virgen que mata! Me sentí incapaz de reaccionar cuando Belén, disgustada por mi inoperancia se acercó para bajarme la bermuda. La nena soltó un tímido: ¡aaay nooo!, y mi mujer regresaba con ella para intentar tocarle las tetas, aunque ella le cruzaba los brazos encima para dificultarle el trámite. ¡¿qué hacías que te movías tanto en el consultorio eh, y porqué te hacés la mosquita muerta si te morís de ganas de que te la pongan zorrita?!, le ...
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