1. El chico de las galletas (4)


    Fecha: 28/02/2018, Categorías: Sexo Interracial Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... caso se trataba del chico vendedor de galletas y su aventajada anatomía. La señora Julia se acercó más al cuerpo del muchacho y fue pasando una mano por toda su espalda, nalgas y piernas y luego fue acompañada por mi mamá que le daban un reconfortante masaje a su joven semental de ébano. Pasado un rato el chico fue reaccionando con las caricias de sus amantes tan fresco y jovial como si recién se hubiera despertado de una noche tórrida. Y listo para seguir cumpliendo con la etiqueta puesta por ellas. La madre de mi amigo se echó y él, a su vez, se echó encima de ella, acariciándose y besándose, mientras el hijo de puta movía sus caderas, lo que hizo que su órgano, al estar en contacto con le vientre de su madura amante, empezara a erectarse hasta el punto que la señora Julia sonrió por el tremendo bulto que crecía. El chico se acomodó poniendo las piernas blancas y formadas de la señora a sus costados, y fue fungiendo otra vez como pintor en las partes íntimas de ella. Alargando una mano, fue pajeando con mucho vigor a su joven amante mientras este estiró la pierna izquierda de la mujer y besó apasionadamente la pantorrilla y luego el pie, procediendo a chupar los deditos blancos. Ella sintió cosquillas pero más pudo la extraña sensación que recorría su cuerpo, y aumentó la velocidad de su mano. Viendo que era el momento oportuno, dirigió el pene hasta dejar el inflamado glande en su entrada soñada. Sosteniendo su rígido miembro, el muchacho fue introduciéndose, con ...
    ... arrebato y firmeza, en la concha de la diosa rubia; y que recibía a su macho, hambrienta de sexo húmedo y caliente que su esposo ya no le podía ofrecer. - Uhmmm, que grande, uhmmm, que rica la tienes.- gimió la señora Julia. - Y usted tiene una vagina tan deliciosa… sublime.- dijo el chico sin detener el avance de sus caderas. Las ráfagas del flash se sucedían conforme el colosal pene terminaba de tocar en lo más hondo del cuerpo de la mujer. Una vez más, el encaje de sus sexos era total, absoluto. Candente. Vellos rubios y negros se enredaban en una mezcla bizarra pero excitante. - Estás tan dentro de mí.- susurró la madre de mi amigo, poniendo cara de gata mimosa. - Ya lo creo porque siento sus latidos.- dijo como asombrado. - ¿Es en serio?- preguntó curiosa. - Sí, no le miento señora.- respondió el chico. Es alucinante. De a pocos iniciaron sus movimientos con el chico sosteniendo las piernas de ella por los tobillos para luego ponerlos en sus hombros y echarse enteramente encima. Su cadera fue ganando en velocidad y furia, consiguiendo que de la garganta de la señora escaparan los gemidos y gritos más eróticos que se pudieran oír. - ¿Lista señora Olga?- preguntó el muchacho. Para retirar su verga hasta casi salirse, cosa que aprovechó mi madre en fotografiarlos y luego embestir furibundo, enfundando su pene en el conducto vaginal de su hembra, que se lo oprimía firmemente. Con todo el tiempo del mundo a su favor, continuaron inagotables apareándose con deseo afiebrado haciendo ...