1. Mi verano en Londres


    Fecha: 01/03/2018, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... soportado dentro de la prenda. Todo aquello enmarcado por una piel más clara que contrastaba con el moreno de las piernas y pecho, que encontraba su límite en el perfil de los slips. Instintivamente me abalancé sobre su polla, pero no abrí la boca demasiado por lo que tiré de su pellejo, y el lo sintió, quejándose. Entonces lo comprendí y abrí más la boca. Empecé a chupársela, y el sabor amargo a orine, que en principió me chocó, comenzó a excitarme sobremanera, y al tiempo que saboreaba aquella barra de carne me acariciaba el pecho, los huevos, me masturba como nunca lo había hecho, y el hecho de estar agachado, en cuclillas, me estaba causando placer en el ano, de modo que no dude en meterme el dedo. Cada vez mamaba con más violencia, hasta que me introduje su polla completamente en la boca. Él se retorcía de gusto, y gemía sin cesar, hasta que con la voz quebrada me pidió que parase. Ahora era mi turno. Me dirigí al banco. Apoyé una pierna en él y abrí las piernas. Él se acercó a mi con la boca salivosa, los ojos fieros y masturbándose lentamente ante la visión de mi cuerpo desnudo. De inmediato se sentó en el banco y me beso el pene, chupo el caldo que se echa cuando estas superexcitado, y se introdujo mi polla en la boca. De repente sentí que estaba en el cielo. El calor de su boca hizo que mi prepucio palpitara, y corriera la excitación por las venas de mi palo. Cuando mis caderas se movían creyendo falsamente que era hora de penetrar, él comenzó a seguir el movimiento ...
    ... rítmicamente. Era tal el placer que sentía que entre agresiones verbales hacía él, como –canario mamón, o hijo de perra- arañaba su espalda, pero él estaba tan concentrado en hacerme disfrutar que no podía sentir dolor. Entonces paró para chuparse el dedo, dejando caer la saliva generosamente sobre el índice. Yo lo miraba con intentando adivinar que se proponía. De inmediato siguió mamando, pero, su dedo había encontrado el ojo de mi culo. Dios!, era justo lo que necesitaba en aquel momento. Cuando su dedo jugaba con mi agujerito, sentía tanta excitación e impaciencia que no pude evitar ordenarle que me lo metiera ya. El placer que su dedo causaba dentro de mi, y que sus labios carnosos proporcionaban a mi polla, se confundían, y sin tener más fuerzas para contenerme, me corrí en su boca. Fue la mayor corrida de mi vida, no tenía ni idea que pudiera echar tanta leche, pero es que me la habían exprimido y succionado como nunca antes en mi vida. Me resultó gracioso ver su boca llena de mi lefa, mientras se quejaba –me podías haber avisado cabronazo?!- entonces no pude evitar una carcajada. -No te rías tanto, que yo todavía estoy a cien- me dijo. La verdad es que había disfrutado como un cerdo, y era justo que el también se lo pasara bien. A continuación me dijo –acércate que te mame ese culito, y luego...- entonces le pregunté –y luego qué? es que piensas follarme?, porque si es así me parece que te vas a quedar con las ganas- Entonces me dijo que se estaba poniendo todavía más ...
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