1. Mi verano en Londres


    Fecha: 01/03/2018, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... muslos fuertes, su pecho super marcado y sus brazos contundentes, me impedían razonar –que coño, la verdad es que me quiero bañar!- me quité la camiseta, me bajé los pantalones y me tiré a la piscina. José me siguió y empezamos a nadar a lo largo de la piscina hasta que me alcanzó. Entonces intentó hacerme una ahogadilla, la excusa perfecta para empezar una lucha, que nos permitiera sobarnos mutuamente. En su intento por mantenerme debajo del agua me agarró por la entrepierna, a la altura de los huevos, y creó que pudo notar mi polla que en esos momentos estaba durísima. Entonces conseguí escaparme y en mi empeño no vacilé en apretarle los huevos. Comencé a nadar muy deprisa, pero él me acorraló en la esquina –no te escapes, so mamón!- se acercó a mí y me dijo que se estaba poniendo cachondo, yo me quede callado, y me preguntó que si a mi también me pasaba. Seguí sin contestar, pero mi mirada intensa, mi saliva en los labios y la erección que no podía ocultar, contestaron por mi. Ahora, despacio siguió acercándose a mí, hasta que suavemente me acarició el pecho, su índice tocó mis labios y desde la boca, comenzó a bajar por el pecho, el ombligo, hasta que llegó al elástico del calzoncillo. Bajo la mirada hacia mi polla, y ya no pudo aguantar más. Su mano, con fuerza apretó mi pene y mis huevos, y no deje escapar un leve gemido. Mi respiración era agitada, me estaba ocurriendo algo que yo deseaba desde hacía mucho tiempo, pero que nunca me había planteado seriamente. Me siguió ...
    ... frotando el pene, cada vez con más fuerza, y aproximaba su cuerpo hacia a mí, rozándose con un perro en celo. Mis dientes apretaban mis labios, ya podía sentir su mano en la entrepierna, y el ojo de mi culo se abría por momentos. Entonces me dijo –salgamos de aquí, nos pueden ver desde arriba- me cogió de la mano y nos dirigimos a la sauna. Tras encender las luces y conectar el sistema, tranquilamente cerró las luces. Antes de que se diera la vuelta, fui yo quién tomó la iniciativa. Lo empujé contra la pared, como si estuviera enfadado por haber interrumpido mi excitación en la piscina. Lo miré, y agresivamente le metí la lengua en la boca, mientras sujeta su cabeza con las dos manos. Me froté contra su cuerpo fuertemente, sintiendo su piel tersa, suave y dura como el granito, y refregaba mi polla contra la suya mientras él ya me había metido las manos en el culo –ya hacía tiempo que quería tocar este culito- me decía. Entonces nos fuimos deslizando por la pared hacia abajo hasta que quedamos en cuclillas. Mi mano penetró dentro de sus slips negros, y sentí por primera vez una polla, que no era la mía entre los dedos. Comencé a masturbarle, pero el slip, a pesar de ser elástico era estrecho. Se levantó, mientras yo seguía agachado, y poco a poco le fui bajando los calzoncillos hasta que pude contemplar aquella maravillosa visión, su mata de bello negro, unos huevos redondos, sin bello en su base, y una verga impresionante con el capullo rojísimo debido a la presión que había ...
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