1. Ana y el casero de la casa quinta


    Fecha: 01/03/2018, Categorías: Sexo en Grupo Sexo con Maduras Voyerismo Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster

    ... se paseaba por el parque casi desnuda, ya que la tanguita amarilla se le enterraba en la cola y sus hermosas tetas luchaban por salirse del corpiño.Le advertí que estaba casi en bolas frente a varios desconocidos, pero respondió que estaba usando su bikini favorita, la misma que siempre usaba en el mar o el club.Comenzó a caminar hacia los dos hombres que seguían trabajando más lejos.Seguí bombeando, mientras el calor y la sed me estaban matando. Apareció el casero, quien me dijo en tono burlón que estaba haciendo el trabajo muy bien.Se quedó mirando el movimiento de las caderas de mi esposa al alejarse.“Tiene una flor de hembra... Lo felicito. Dan ganas de bombear y bombear…”Iba a responderle cualquier cosa, cuando Anita regresó, caminando de manera muy insinuante, balanceando sus caderas de un lado a otro, más sensual que nunca.Sonrió al ver que la pileta iba llenándose y se acostó en una reposera a tomar sol.Un rato después se puso boca abajo y llamó a Pedro para que le untara bronceador por la espalda.“Mi amor, estoy aquí, yo te puedo pasar” Le reclamé algo furioso.“No quiero que pierdas tiempo. Parece que el bombeo va muy bien…” Respondió.El casero ya se estaba embadurnando las manos con crema y ella comenzó a ronronear como una gata cuando las duras manos del tipo acariciaron su espalda. El muy hijo de puta disfrutaba de cada centímetro de piel que manoseaba. Y disfrutaba todavía más, sabiendo que yo estaba apenas a unos metros.Finalmente se detuvo en la cola. Se ...
    ... llenó las manos de esa perfecta y firme redondez de Anita y se dedicó a masajearla muy despacio, palpándola y deleitándose.Comenzó a aplicarle crema sobre la raya y ella hizo un movimiento y se enterró la bikini muchísimo más adentro, de forma ya desvergonzada. Entonces Pedro aprovechó para enterrarle la puntita de uno de sus dedos por debajo de la tela.Comencé a bombear la palanca, mientras el tipo me miraba desafiante. Cada vez que yo bajaba la palanca, el turro le metía un dedo a fondo entre los labios vaginales de Anita. Cuando yo subía la palanca, entonces Pedro sacaba el dedo…Una y otra vez, me miraba de manera desafiante con cada leve penetración.Anita parecía hacerse la desentendida, como si lo que ocurría fuera normal.Estuvieron así un buen rato y me di cuenta que Ana se estaba excitando, comenzando a gemir muy suavemente con los ojos cerrados. Por suerte el jueguito terminó rápido.A media mañana yo estaba tan cansado y sediento que arranqué la manguera de la bomba y me bañé con el agua helada. Luego me tiré a descansar a la sombra.Cuando me despabilé busqué a Anita, pero ella ya no estaba en la reposera.El casero tampoco estaba a la vista. El Burro y el Indio ahora estaban rasqueteando una pared de la casa, cerca de la puerta de entrada. Presentí que algo andaba mal…Me dirigí hacia la casa. El Burro me salió al paso: “No puede entrar!” Me dijo.Lo empujé a un lado y entré, dirigiéndome al dormitorio principal.La puerta estaba cerrada y algunos gemidos de mujer eran ...
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