1. La posesión de mi esposa (2)


    Fecha: 04/03/2018, Categorías: Confesiones Dominación Autor: Benegas12, Fuente: CuentoRelatos

    Como pude trate de mantenerme despierto. Contemple su cuerpo totalmente desnudo y expuesto, como si esperara el momento que el Incubo volviera por ella. Perdí la noción del tiempo, hasta que en un momento el suelo tembló, sobresaltándome. Allí estaba la figura espectral que venía a coger a mi esposa. Esta vez el terror no me invadió, lo que me permitió verlo en su totalidad. Ya no era un centauro, su figura había trastocado en un cuerpo de hombre voluptuoso, dotado de un pene inmenso y chorreante, pero con cabeza de demonio, con cuernos y dientes afilados. No presto atención a mi presencia, ni siquiera cuando levantándome me aleje del lecho. Mire a mi mujer y su estado era de una rara somnolencia pero con su ojos muy abiertos. Ante la proximidad del ente, abrió completamente sus muslos, y estiro sus brazos invitando al ser a la copula. El ente se acercó a ella y puso el inmenso órgano sexual al alcance de la boca de mi mujer, y ella como premiando tal entrega, fue introduciendo esa vara inmensa en su boca, todo lo que pudo, comenzando a chupar de y a succionar el líquido que ya chorreaba del monstruoso aparato. Los quejidos del demonio eran estremecedores y me dio la impresión que yo era la única persona en el mundo que los escuchaba. Ella seguía su succión, ahora alternando con los testículos, que eran del tamaño de una pelota de tenis. Llego un momento que el ser decidió que ya era tiempo, y abalanzándose sobre el cuerpo de mi mujer, comenzó a estimularle las inmensas ...
    ... mamas, mordiendo los pezones y logrando que mi esposa gozara como nunca. Una vez más, como la noche anterior, la larga y ancha lengua, penetro a mi mujer no solo en el ano y vagina, sino que después vi como la pasaba por todo el cuerpo, dejando a su paso un líquido viscoso y espeso. Ella no daba más, y tomando al ente lo acerco a ella, pidiendo que la penetrara de una buena vez. El demonio no la hizo esperar, introdujo de un solo golpe el inmenso pene, que al llegar al interior de mi mujer le produjo espasmos terribles y quejidos guturales. Comencé a ser testigo de una relación sexual inhumana a la que era sometida mi esposa. El inmenso pene, entraba y salía con una rapidez increíble produciendo un roce insoportable en el sexo femenino. El ruido a chapoteo se mezclaba con el rugido del ser y los quejidos de mi mujer, mitad por Placer y mitad por dolores insoportables en su cuerpo. En determinado momento, el ente alzo a mi esposa por los brazos como quien levanta una sábana, y la subió encima de él. Ahora podía ser testigo en esa posición, como el largo miembro entraba completamente en el sudoroso cuerpo de mujer, mientras liquido espeso caía casi a chorros de la vagina de Silvana. Sus pezones eran mordidos por el ser, a tal punto que hilitos de sangre corrían por el torso y parecía dar más gusto al ser. Hasta que llegó el momento del éxtasis. Primero ella, acabando de una manera violenta, agitando su cuerpo y pidiendo todavía más, y luego el ser, con el pene ensartado y soltando ...
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