1. Don Aldo


    Fecha: 05/03/2018, Categorías: Gays Autor: marcostiento, Fuente: SexoSinTabues

    Como engañe a mi amante con el kiosquero de mi escuela. por marcostiento Don Aldo por marcostiento Esta historia sucedió cuando tenía 9 años casi 10, ya iban a ser 6 o 7 meses que teníamos sexo con mi tío. Un día se nos informa en la escuela que teníamos, ir por unos 15 días a las 2 de la tarde para ensayar por el acto de independencia. Bueno para no hacerlo largo yo le comente a mi madre, y por supuesto mi tío se ofreció a "buscarme" tres días a la semana (lunes, martes y miércoles) hasta que finalice el ensayo. Un día miércoles (oportunamente un miércoles), nos enteramos al llegar a las 2 de la tarde que la maestra de música dio parte de enferma, y que como no tendríamos ensayo nos retiremos a nuestra casa. Yo, junto a un grupo de compañeros nos quedamos a jugar en el patio de la escuela. Habían pasado casi dos horas y media cuando mis compañeros decidieron irse, y como yo tenía que esperar a mi tío, me quede. Así que para hacer tiempo hasta las 5 de la tarde, me cruce al kiosco de Don Aldo para comprar caramelos. Don Aldo era por ese tiempo un hombre delgado de un metro setenta unos 40 o 45 años de edad, con tez blanca con cabellos dorados, brazos velludos y unos ojos claro que resaltaban con su barbuda cara. Continuo, me estaba por ir a la escuela, cuando don Aldo me dice si le dipodia ayudar a poner unas cajas en un estante, me contó que la escalera esta medio rota y que no aguantaría su peso. Yo acepte, una vez adentro pude ver la escalera de madera atada con ...
    ... alambre y sin los tres primeros peldaños. Don Aldo apoyo la escalera y tomándome por la cintura me levanto hasta el cuarto peldaño, para después comenzar a pasarme las cajas. Estaba en eso cuando la escalera (bastante insegura) se deslizo hacia atrás. Don Aldo, que estaba debajo y detrás de mí rápidamente apoyo sus manos en mi cola para evitar que me caiga, a lo que yo instintivamente tense mis nalgas. Al finalizar Don Aldo me invita una gaseosa y me dice con voz preocupada, Mira, disculpa no era mi intención tocarte, fue sin querer. A lo que e respondí, No hay problema (debo admitir que me había gustado). Don Aldo con la cara roja de vergüenza respondió Disculpa fue sin querer. Está bien, no se aflija me gusto, dije mientras escuchaba la bocina del auto, sin perder tiempo puse el envase en el mostrador para después ir corriendo hasta el auto. Al día siguiente, llegue 15 minutos antes para el ensayo, fue entonces que vi a don Aldo, parado en la puerta con el kiosco cerrado. Lo miro y le saludo con la mano, don Aldo me responde y estirando su brazo me llama. Cruzo la calle y acercándome a él pregunte curioso ¿SI? ¿Qué desea? Don Aldo mirándome a los ojos exclamo, Ven, pasa quiero hablar con voz. Entre al kiosco y sentándome en un banco pregunte ¿de qué quiere hablarme? Don Aldo cerró la puerta, prendió la luz y sin dejar de mirarme pregunto ¿Ayer te gusto que te tocara? Mire el piso y con voz suave respondí ¿Por qué me pregunta? Ayer, antes de irte dijiste que te gusto, exclamo ...
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