1. Don Aldo


    Fecha: 05/03/2018, Categorías: Gays Autor: marcostiento, Fuente: SexoSinTabues

    ... arrodillándose frente a mí. SI, respondí sin levantar la mirada del piso. ¿Y quién te toca? Pregunto poniendo una de sus manos en mi pierna. Los chicos de séptimo, respondí mintiendo. Y vos lo tocas? volvió a preguntar, con voz suave. SI AVECES, dije poniéndome de pie. No, no te vayas, exclamo parándose también. Sin decir nada, sus temblorosas manos se posaron en mis hombros. AYY, QUE HACE DON ALDO, pregunte con falsa inocencia. Nada, es que anoche pensé en pedirte algo, comento nervioso. AH, ¿QUE ES?, pregunte curioso. Nada, ¿solo te quiero saber si puedo tocarte?, comento bajando sus manos por mis brazos. Sonreí y con voz vergonzosa respondí, BUENO. Las manos de don Aldo, tomando confianza, se posaron en mi cintura, acerco su cuerpo y metiendo sus dedos por debajo de mi pantalón de física, llego a mis nalgas. MMM, MMM, gemí al sentir sus calientes manos acariciar mis glúteos. Te gusta? pregunto al tiempo que uno de sus dedos se deslizaba por la raja de mis nalgas. SI, dije con los ojos cerrados. Acaríciame vos también cometo el kiosquero, mientras me rozaba la entrada de mi ano. Tímidamente levante mi mano derecha y posándola sobre su cinto me paralice, dude, (tenía miedo, empecé a temblar, hacía tiempo que estaba entrado en carnes, y me gustaba, pero hasta ese momento no pensé hacerlo con nadie más que con mi tío). Lentamente una mezcla de curiosidad y deseo, fue ganando mi mente. Fue entonces que escuche la voz de don Aldo que decía Te ayudo? No respondí. Sus manos ...
    ... dejaron mis nalgas, y después de desprenderse el pantalón, tomo mi mano derecha y metiéndola por debajo de sus ropas la llevo hasta su sexo. Con la yema de mis infantiles dedos comencé a explorar su tronco. Don Aldo que estaba acariciando mis hombros, exclamo, Me lo bajo? NNO SE, dije sin sacar mi mano de su sexo, suspiro y bajándose los pantalones y los calzoncillos desnudo su sexo. Con ojos grandes mire su pene, que sobresalía entre una maraña de vellos rubios. Si bien, en mi corta edad, había visto el miembro del soldado y el de mi tío; este era diferente, su sexo con un grosor de 6 cm, por 17 cm de largo, no era recto sino curvado, hacia abajo, como una banana, con su gran glande de color rosado que parecía un hongo, y dos blancos testículos que colgaban de su base. Sin dejar de mirarlo acaricie su falo con ambas manos, una gota de su transparente liquido pre seminal, se escapo de su glande. Si quieres podes bésalo, comento Don Aldo. Sin decir nada me puse de rodillas y abriendo tímidamente mis labios introduje su pija en mi boca. Ah que rico exclamo el kiosquero entre gemidos, para después comentar, Pásale la lengua como si fuera una paleta. Saque la lengua y recorriendo de principio a fin, de arriba abajo, de izquierda a derecha lamí su pene. Ponte de pie, quiero que me saques la camisa, dijo después de un tiempo. Me pare con dedos tímidos desprendí botones, para dejar su velludo pecho a descubierto. Ya había visto el pecho velludo de mi tío, pero, el de Don Aldo era más ...
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