1. Rosita Melo


    Fecha: 10/03/2018, Categorías: Sexo con Maduras Infidelidad Autor: Kapinho7, Fuente: CuentoRelatos

    ... atraer a jóvenes que me ven atractiva.- Respondió ella con una sonrisa pícara y lanzando un beso. Después del café volvimos al despacho. Aún tenía una hora hasta llegar la primera cita de la tarde. -Pase lo que pase tu eres mi amante virtual.-me dijo sentándose frente a mi sobre el borde de la mesa.- Y eso no lo puede impedir nadie. -Tú lo has dicho.-conteste molesto.-La verdad es que no me gusta ser tu amante virtual. -Secreto y virtual.-le conteste con un poco de enfado porque ya me cabreaba tanta tontería con lo del amante, comentario que se repetía a menudo. -Pero así estamos bien.-me replico. En ese momento con ella reclinada sobre mi mesa y a tan solo quince centímetros de mi cara no pude evitar el levantarme de la silla y sin darle la oportunidad de decir que no le di un tremendo beso en los labios al que ella reacciono primero intentando apartarse, pero después permitiendo el paso de mi lengua y uniéndonos en un tórrido y cálido beso que debió de durar varios minutos. Mi excitación era enorme. Deseaba a aquella mujer como a nadie en ese momento y este era pues el momento de consumar el deseo. No quería que se rompiera el momento y así pues cada uno de mis pasos era lento y cauteloso, sabedor además de que para ella era la primera vez en muchos años que estaba con un hombre que no fuera su marido. Mis manos recorrían sus piernas y poco a poco levantaban aquella falda que llegaba hasta las rodillas. Mis manos sobre sus medias negras, sintiendo un escalofrió de placer. ...
    ... Sus leves gemidos entre beso y beso me hacían ver que ella también se sentía tan excitada como yo por la situación. -De verdad me deseas tanto.-Me pregunto entre besos.- ¿No te estás riendo de mí? -Creo que es obvio.-la pregunta me había sorprendido.-Te deseo y este momento para mi pasara a los mejores recuerdos. Y será siempre algo entre nosotros. -No soy lo que imaginas. Mi cuerpo ya no es el de una joven, ya no es lo que querrías ver. Por toda respuesta empecé a desabrochar su blusa y acariciar sus pechos sobre el sujetador bajo su atenta y nerviosa mirada. -Eres perfecta como eres. Sonrió y me permitió terminar de quitar su blusa y desabrochar su clásico y sobrio sujetador. Quede entonces allí observando aquellos pechos algo caídos, pero excitantes acariciándolos suavemente antes de agacharme para lamerlos como si fueran el mayor de los manjares. Ella apretó con sus manos mi cabeza contra su pecho. -Me encanta esto.-me susurro entre jadeos.-No pares por favor. Seguí con mis besos y lametones en sus pechos, pasando de uno a otro pecho, mientras la levante del borde de la mesa para desabrochar su falda, dejándola caer al suelo, y tras ella sus medias, enrollándolas a lo largo de sus piernas. Ya tan solo quedaba la última frontera, unas bragas igualmente sobrias de color negro por los bordes de las cuales ya veía una espesa mata de pelo. -Tengo miedo.-me confiesa.-Alguien podría vernos. -He cerrado con llave y el despacho no tiene ventanas por donde nos puedan ver. Eso parece ...