1. La fentasia de Maria (primera parte)


    Fecha: 11/03/2018, Categorías: Bisexuales Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... sentir nuevamente mujer y que con pasión te despierte esa sexualidad aletargada, que te mojes con sus caricias, que tu autoestima aumente haciendo gozar a ese hombre o a esa mujer… me contestó con una mirada triste. Y tras una breve pausa me dijo: -Una vez hablamos de hacer un trío con un chico, mi marido me comentó que le gustaría llevar a cabo nuevas experiencias. Ayer lo volvimos a hablar, de las pocas veces que dedicamos a tener un rato para nosotros. Y quisiéramos que fueras tú el que lo hiciera. yo le he hablado de ti y él está dispuesto a arriesgarse. Además yo tengo una fantasía sexual, que es hacerlo con dos hombres… - Pero María, me parece un poco precipitado. Y no sé si me sentiré atraído por tu marido . – ¿Y por mí? -me preguntó de una forma sensual y provocativa. - Sí, por ti sí.- Ah… te siguen gustando todavía las mujeres, ¿no es cierto? De todas formas si no te atrae mi marido, los dos podéis ser activos conmigo. La verdad, es que no demoré mucho en darle una contestación satisfactoria. Fue la necesidad de entrar en un mundo de misterios y placeres ocultos, los cuales me condujeron a un mundo mágico donde se mezclarían el deseo por querer despertar esa nueva sexualidad adormecida de María y su marido y el hecho de quererla compartir con otros personas de igual o distinto sexo. Pasiones y deseos reprimidos que se exteriorizarían para dejar de permanecer en el más oscuro silencio. Los tres nos entregaríamos ofreciendo lo mejor de nosotros mismos, convirtiendo ...
    ... el placer como un fruto nacido del intercambio de múltiples caricias. Para nosotros ese momento tan deseado y al mismo tiempo necesario, fue como una liberación urgente y necesaria para nuestras vidas. En mí porque me ayudaría olvidar una relación pasada demostrándome a mí mismo, que estoy vivo y que mi capacidad para proporcionar placer a otras personas aún permanecía latente. Y a mis amigos, porque iban a iniciar una experiencia nueva, la cual, en cierta manera, le podía servir para mantener un poco más avivado el rescoldo de su rutinaria relación. Yo había mantenido relaciones con mujeres y recientemente con un chico. El marido de María sería el segundo hombre con quien tendría sexo. Yo quería experimentar nuevas vivencias destapando así mi bisexualidad, como decía María, demostrándome a mí mismo, que en el sexo vale todo, siempre que prevalezca el respeto mutuo. En esa mezcla de deseo carnal e incertidumbre por lo que iba a suceder, queríamos saltarnos las normas de lo moralmente preestablecido y transmitirnos así nuestra lujuria reprimida ¡ser libres! proclamar los tres nuestra libertad sexual sin ningún gesto o acto falto de ternura y olvidar esa frustración que se nos produciría si no llevábamos a la práctica aquello que nuestros corazones nos dictaba y que nos enriquecería interiormente. El momento más esperado. Todo quedó planificado. Acordamos reunirnos en una casita que ellos tenían en la playa. Fue ese día cuando conocí al marido de María, Remi. No me desagradó, a ...
«1234...»