1. A por ella (III)


    Fecha: 19/09/2017, Categorías: BDSM Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... comedor. Mientras circulaba intentándose no darse con ningún mueble, me desnudé del todo para estar más cómodo. La detuve y me monté en su espalda. La hice gatear conmigo encima durante un buen rato, mientras le recriminaba la poca velocidad que alcanzaba. Cada vez que aumentaba el paso, más torpe gateaba. Comencé a azotarla para que pusiera todas las ganas en ello. Pronto comenzó a tropezar y a entravancarse, mientras la fuerza de los azotes aumentaban en dureza. Con un duro último latigazo que le hizo soltar el primer grito de dolor, la detuve. La llevé a la mesa de centro, la hice estirar boca abajo encima de ella, dejándole los muslos bien pegados a las patas, los brazos colgando por el otro extremo y las tetas saliendo un poco por cada lado. Le até los muslos y los brazos a las patas para que no se pudiera mover. Le acerqué mi miembro a la boca y le ordené que lo chupara. Comenzó a buscarlo a tientas, cuando lo encontró lo succionó metiéndoselo en la boca. Con la lengua empezó a juguetear y lamérmela intentando tirar la piel para atrás. Luego utilizó los dientes, dando mordisquitos cariñosos, intentando que poco a poco se me hinchara para tener la faena más cómoda. Al ver que no podía, la saqué y tiré la piel que tanto le molestaba, para atrás. La recibió con alegría y comenzó a chupar como nunca. Le cogí los pelos con la mano, y mientras se me ponía a tono, la fui metiendo y sacando rítmicamente mientras su lengua recorría todos los rincones de mi polla. Una vez ya ...
    ... empinada del todo y agarrándole bien los pelos, se la introduje toda dentro. Intentó mover un poco la cabeza para retirarla un poco sin lograrlo, y cuando la detuvo saqué mi polla bien mojadita de saliva. Me dirigí a su culo, poniendo la punta en la entrada de su cueva comencé a meterla suavemente sin recibir oposición. Entró poco a poco hasta el final. Me agarré a sus hombros para no caerme y comencé los movimientos rítmicos de penetración. Fui metiéndola y sacándola lentamente, mientras unos leves quejidos acompañaban mi cintura, cuando empujaba mi polla dentro de su calentito culito. Los casi silenciosos quejidos, se transformaron en silenciosos jadeos con el transcurrir de las penetraciones, que poco a poco fui aumentando de intensidad y furia, tal que no pudiendo reprimirse más sus jadeos se hicieron evidentes y muy ruidosos. A cada embestida le acompañaba un jadeo que me ponía cada vez más excitado, y excitado dirigí mis manos en busca de sus pechos, separados del cuerpo y aplastados contra la mesita. Hallé los pezones, y comencé a acariciarlos dulcemente mientras los jadeos aumentaban por la excitación. Pronto me vinieron las ganas de correrme, y sin aguantar más escupí todo mi semen dentro de su culo que lo recibió con un largo jadeo final. Saqué la polla y le retiré el pañuelo que le tapaba los ojos. Le ordené que me la limpiara de restos de mi leche. Cris abrió los ojos todo lo que pudo sin creerse la orden que estaba dándole en aquel momento. Cogí el látigo y le azoté ...
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