1. En el Coto


    Fecha: 12/03/2018, Categorías: Gays Autor: remyvelez, Fuente: CuentoRelatos

    ... mirando al cielo, y cogiendo la mía con una de sus manos, tiró de mí hacia la arboleda de la entrada de la playa. Yo, obediente, lo seguí, y allá que fuimos, los dos desnudos y él tirando de mí por la polla. El grupo de mirones se quedó quieto y yo los miraba con vicio mientras nos alejábamos. Una vez en la arboleda, mi acompañante soltó mi polla y me empujó suave pero firmemente contra un árbol para, a continuación, abalanzarse sobre mí y empezar a besarme y a meterme mano como una furia. Yo, silencioso, le respondí con igual pasión notando nuestras pollas apretadas entre nuestros cuerpos. Tras un rato así, paró para tomar aire y mirándome a los ojos con esa mirada tan sucia me dijo: - Te ha gustado, ¿eh? Te ha puesto cachondo como te miraban esos, ¿verdad? Te comían con los ojos y tú gimiendo de gusto por sentir sus ganas como una perra, por exhibirte como si estuvieras en celo -yo asentía con la cabeza mientras acariciaba su polla-. Si no llego a estar yo allí, dejas que te follen entre todos. - Si - musité yo entre suspiros. Y lo decía con completa sinceridad, estaba desatado e infinitamente cachondo. Él bruscamente me giró y me puso de cara al árbol. Noté sus manos en mi culo y de golpe empezó a comérmelo. Podía sentir como su lengua se habría camino y me daba el mayor de los placeres. Ese es mi punto débil, que me coman el culo me pone loco. Me incliné aún más sobre el árbol, poniéndome de puntillas y alzando el culo para que profundizará aún más. No pude contener ...
    ... varios gritos de gusto y placer, en los que lo insultaba y le animaba a seguir, a darme más, le decía que me estaba matando pero que no parara. Realmente perdí el control, porque en la silenciosa arboleda mis gritos se debieron oír a mucha distancia, pero no podía pensar en nada más que en su lengua en mi culo. Con una mano apretaba su cabeza contra mí para que llegara aún más al fondo. Yo con los ojos cerrados, gritaba extasiado mientras él seguía, dándome de vez en cuando algún azote. - Abre los ojos -oigo que me dijo en un momento. Al hacerlo me encuentro con que el grupo de la playa estaba rodeándonos, pajeándose a escasamente un metro de nosotros, los cinco en pelotas. Todos estarían entre los 40 y los 50, con cuerpos normales, pero había un par que tenían unas pollas enormes y que de inmediato atrajeron mi atención. Joaquín siguió comiéndome el culo a la vez que con su mano empezaba a masturbarme. Sintiendo lo que estaba sintiendo, de verme en la situación de esos hombres maduros en cuyas miradas veía tanto deseo, con sus pollas tan cerca de mí, ebrio de excitación, no duré mucho y entre más gritos, me corrí como una fuente sobre la arena mientras me comían el culo y esos cabrones me miraban. De lo intenso que fue, casi me desplomo en el suelo, pero Joaquín me sujetó y abrazándome, me susurró al oído. - Ahora me toca a mí. Yo asentí porque en ese momento estaba extasiado, y enseguida noté su enorme polla intentando entrar en mi culo, ya muy dilatado por la comida. Levanté un ...
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