1. Niki, la chica de la lencería


    Fecha: 19/09/2017, Categorías: Erotismo y Amor Grandes Relatos, Autor: Tonyzena67, Fuente: CuentoRelatos

    ... en su talla? - ¡Como toda una profesional en ropa íntima! –ella sonríe. - Tenga mucho cuidado con mis pantis, no vaya ser que su esposa se los encuentre. - Descuida, ya te he aclarado que no soy casado. - Se me hace muy difícil creerle. Un galán como usted que no esté casado, mire que me cuesta creerle. - ¡Te invito a mi casa! De esa manera saldrías de la duda. - Me gustaría tomar ese riesgo, pero temo a caer rendida con sus encantos. - ¿Mis encantos? ¡Por favor Niki! - Pues mire, aquí me tiene hablando con usted. Créame que me lo he reprimido, pero debo admitirle, que usted me gusta y es por eso que prefiero guardar distancia… no vaya ser… - ¿No vaya ser qué Niki? - Le dije que tengo novio y hace unos meses me comprometí con él. ¡Tengo miedo a fallar! ¿Al menos que me acepte como su novia platónica? - ¿Quieres ser mi novia platónica? ¿Eso es lo que quieres? - Sí, me gustaría ser su novia platónica. Creo que es lo máximo que puedo llegar con usted. ¿Acepta? De aquella manera nos envolvimos en una relación apasionada por medio del teléfono y cuya cita habitual eran los días domingos por la noche. Como toda relación de novios, empezamos con esos besos imaginarios hasta llegar a desnudarnos con las descripciones de cada quien. Llegué a simular que me masturbaba por ella mientras hablábamos, cosa que nunca hice, pues eso de la autosatisfacción no es para mí. Las pláticas eran tan calientes y al otro lado del auricular, escuchaba lo que parecía ser un potente orgasmo de Niki, ...
    ... cuyos gemidos y jadeos me ponían erecta la verga, mientras yo actuaba a la vez con llegar a la eyaculación. La conversación era tan lujuriosa que a veces grabé las llamadas y me gustaba repetir ese escándalo orgásmico de Niki: - ¿Dónde quieres que te bese? - El cuello. Bésame el cuello Tony, quiero sentir que tu lengua se desliza desde mi cuello hasta besar mis pezones. - ¿Lo sientes? - Si, Tony, que rico siento el calor de tu lengua. Sabes, quiero saborear tu pene, y chuparte los testículos. ¿Quieres? - Si cariño, quiero sentir mi verga adentro de tu boca, mientras con mis dedos acaricio tu conchita. ¿Sientes mis dedos adentro de tu conchita? Y de aquella manera jugábamos ese juego que se extendía hasta una hora. Suerte que siempre he tenido a chicas con quien desahogar aquella presión sexual. Regularmente después de aquellas platicas eróticas, tenía que recurrir a llamar a Laura o Diana, con quien hemos tenido una larga relación clandestina, pues estas chicas son casadas. Con Niki tuvimos toda clase de sexo imaginario, lo que me dio a entender que no era una chica con muchas reservaciones, parecía que estaba abierta a experimentar todo. El juego se extendió por meses, pero un buen día le pregunté: - Niki, ¿de veras me torturaras así todo el tiempo? - Tony, quedamos en tener una relación platónica. Realmente, yo no me creo capaz de intervenir y quizá romper un matrimonio. Quizá me atrevería a serle infiel a mi novio, pues la verdad que tú me gustas mucho y es por eso que tenemos ...
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