Nunca había probado un pene - Relatos Eróticos

Nunca había probado un pene

Samuel es mi primer novio, siempre ha dido lindo y atento conmigo, también muy paciente, sabe que nunca he tenido intimidad y que todo esto del romance es nuevo para mí. Estamos en la misma preparatoria, incluso en el mismo taller, el de Teatro, nos gusta bastante. Hace unas semanas nos dejaron de tarea hacer unas máscaras de la época del teatro clásico, él vino a mi casa para hacerlas y luego ver películas. Fue un viernes, mis papás trabajan hasta tarde y no tengo hermanos, por lo que a ordenes de mi mamá obedecí e hicimos la tarea en la estancia, ya habíamos terminado y esperabamos que se secaran. Encendí la pantalla y abrí Netflix preguntándole qué le gustaría ver a lo que él me contesto:
-Tus tetas, Ana ¿Me dejas?
Me causo algo de gracia porque seguido me hace bromas así, pero creo esta vez no era broma, comenzo a tocar y apretarme los senos, me besaba apasionadamente. No hice nada al principio por la sorpresa, pero a los segundos reaccioné y le dije quitando sus manos con suavidad:
-No, Samuel, sabes que te quiero mucho, pero esto me pone muy nerviosa.
-Solo déjate llevar, yo haré todo.
Sus manos continuaron masajeando mis senos y me metía la lengua en la boca. Después de unos minutos lo detuve otra vez.
-No quiero perder así mi virginidad.
Me miró unos segundo y me preguntó
-¿Y si solo me la chupas un poco?
Al principio no entendí, me quedé callada, él se levantó del sofa y poniéndose frente a mí sacó su pene erecto, se veía grande y gordo. No supe que hacer ...

... y me quedé quieta, con su mano en mi nuca acercaba mi cara a su miembro y frotandolo en mi boca me decía muy cachondo.
-Vamos Ana, chupalo un poco, me tienes loco de ganas, solo un poco.
No sé si fue por la sorpresa, o también me excité, pero abrí la boca para obedecerlo, lo dejé entrar en mi boca y lo escuche gruñir, lo metía y lo sacaba mientras con su mano manejaba mi cabeza. Yo lo veía, tenía las mandíbula tensa y respiraba fuerte. De golpe me la metió hasta la garganta, yo sentí que me ahogaba e intente empujarlo para quitarme pero su mano en mi nuca me mantenía quieta.
-Que rica te ves así Ana, no sabes cómo me moria de ganas de tenerte así, ¿Qué pasa, pequeña? ¿Sientes que te ahogas, que no te cabe? 
Yo intentaba desesperada sacarme ese enorme trozo de carne que me impedía respirar, pero era muy fuerte, cuando sentí que no podía más me la sacó y pude respirar, tocia y agarraba aire con desesperación, cuando intenté reclamarle por hacer eso volvió a meter su pene y comenzó a follarme la boca con fuerza mientras decia:
-Que rica boquita mamadora, me pone cachondicimo saber que soy el primero en ponerte a mamar verga, eso bonita, comentelo entero. Que delicia de boquita.
Comencé a marearme de lo fuerte que movía mi cabeza y lo duro que me hacía chocar con su pelvis. No sé cuánto tiempo duró así, pero me parecía eterno, quería que parara ya.
De pronto me la encajó hasta el fondo de mi garganta otra vez y entre gruñidos sentí como su esperma caliente me llenaba con ...