1. Un intercambio de parejas peculiar


    Fecha: 17/03/2024, Categorías: Bisexuales Autor: El Manso Embravecido, Fuente: CuentoRelatos

    ... y se encontraron en una calle céntrica y de importantes marcas comerciales.
    
    Ellos iban con chaqueta americana, camisa sin corbata y pantalón de tergal, muy de formal. Carla y Lucía llevaban unos vestidos de noche muy sofisticados que les llegaban a los tobillos.
    
    Al verse se saludaron y besaron. Al principio, a medida que paseaban por las calles, al no tener aún mucha confianza, cada chico abrazaba y besaba a su chica. Pero según iban entrando en calor, se fueron soltando y de repente, Alex abraza y besa a Carla mientras pasean, como si fuera su pareja. Alberto hace otro tanto con Lucía.
    
    Alberto miraba de soslayo a su mujer, se estaba dando el lote con Alex, unos morreos salvajes y provocadores. Alberto comienza a sentir que su miembro viril está reaccionando con rapidez al espectáculo que le están ofreciendo. Él hacía otro tanto con Lucía, le lamía las orejas y el cuello con tanta efusividad que Alex y Carla sonrieron entre ellos al observarlos, con una mirada cómplice. Luego Carla se acercó a Lucía y cogiéndola de la mano caminaron un buen trecho y de vez en cuando se besaban, dándose mucha lengua.
    
    Cenaron de maravilla en el restaurante escogido por Lucía, mientras charlaban de temas de actualidad y de sus vidas y gustos.
    
    Ya en la butaca del teatro, mientras disfrutaban de la obra, se pusieron las botas los cuatro, magreándose mutuamente. Alex se atrevió, con el anonimato que proporcionaba la oscuridad, a masajearle por fuera del pantalón el paquete a ...
    ... Alberto. A este nunca un hombre le había magreado la entrepierna y experimentó una sensación extraña. Al principio sintió cierta incomodidad, pero para su sorpresa, a medida que iban pasando los minutos se fue excitando y la polla se le puso morcillona.
    
    Se iban acariciando y besando los cuatros, barajándose entre ellos aleatoriamente. En ocasiones Carla besaba a Alex mientras le sobaba el paquete y en otras hacía lo mismo con su mujer. Lucía también intercalaba sus caricias y besos con Alberto y con Carla. Incluso en algún momento de gran excitación, Alberto se atrevió a pegarle algún piquito a Alex, seguido de un tímido lengüetazo.
    
    Salieron del teatro con un calentón espectacular.
    
    Al llegar al apartamento de Lucía y Alex, se prepararon unos gin tonics y se fueron directos al jacuzzi. Se despelotaron en un santiamén.
    
    Carla y Alberto tenían bien trabajados sus cuerpos, pero Lucía y Alex eran como dos dioses del Olimpo. Parecían esculturas talladas por el mismísimo Miguel Ángel.
    
    Se metieron en el jacuzzi y la salsa estaba servida. La bacanal de lengüetazos por aquí y por allá; las caricias y besos por todas partes y en todas direcciones; y las frases y expresiones subidas de tono, los pusieron como motos.
    
    Hasta que, por fin, Lucía aconsejó a Alberto a que se tumbara sobre una tarima. Ella se sentó sobre él, se enchufó su aparato y comenzó a cabalgarlo. Alex, por detrás, se le acercó y se la endiñó por el culo a su mujer.
    
    ¡Y ya estaba el sándwich formado!
    
    Carla ...