En manos de un remisero - Relatos Eróticos

En manos de un remisero

... culo, nena, o yo le entrego todo a tu marido”.Me dijo que hoy me encontraba en estado de sobriedad y entonces él podría disfrutar de mi cuerpo sin ninguna culpa…Lo conduje al jardín del fondo; si iba a cogerme, no sería en mi cama...Le dije que se pusiera cómodo y entonces comenzó a desnudarse. Luego se sentó en una reposera y me ordenó que me acercara a él. Apenas lo hice deslizó sus toscas manos por mis tobillos, mis pantorrillas y mis muslos; hasta que finalmente sus dedos rozaron mis labios vaginales.“Ya lo sabía, putita… estás chorreando y apenas empecé a tocarte…”Era verdad. Toda la situación me había calentado demasiado y, a pesar del asco que ese tipo me daba, no podía dejar de estar muy excitada.Tenía ganas de que me cogiera, pero no me animaba a decírselo.De repente me hizo inclinar sobre él, quedando mi cara a unos centímetros de su verga erecta. La tenía bastante grande y ya muy dura…Me ordenó chupársela; pero le dije que me daba asco y entonces me lanzó un par de bofetadas a la cara. Me tomó por los cabellos y me hizo dar vuelta en el aire. Quedé tirada en el suelo, a cuatro patas.El viejo se abalanzó sobre mí y sus manos alzaron mi vestido hasta la cintura, dejando mi trasero expuesto. Suspiró de placer al verme así…Apoyó sus manos sobre mi cintura, para evitar que yo me pudiera levantar.Entonces sentí el peso de su verga ...

... endurecida golpeando entre mis nalgas.Escupió sobre mi estrecha entrada trasera y entonces yo intenté debatirme, pero el viejo me sostuvo con firmeza y me azotó las nalgas desnudas.Me ordenó que me quedara quieta, o sería todo peor. Abandoné la resistencia, pensando que dejarme coger por ese viejo tal vez no sería tan malo. Entonces lo sentí entrar en mi estrecho culo.Traspasó con un poco de esfuerzo mi esfínter anal y enseguida comenzó a bombearme el culo sin piedad…Me dio unos embates largos y bastante violentos, como si quisiera lastimarme a propósito. Me abandoné a sus instintos y lo dejé hacer…Después de diez minutos por fin acabó, llenándome el culo de semen.Se salió de mi cuerpo y cayó exhausto sobre la reposera otra vez.En silencio se vistió y me pidió que lo acompañara hasta la puerta de calle.Al despedirme dijo que podía quedarme tranquila, porque antes de venir había borrado los dos videos de la noche anterior. Respiré aliviada y luego de cerrar la puerta, me fui a dar un baño de inmersión, para sacarme del cuerpo el semen y el olor a sudor de ese viejo.Mientras estaba relajada, sumergida en el agua caliente hasta el cuello; sonó mi teléfono. Era mi adorado Víctor, preguntándome quién era ese viejo que se veía en un video que había recibido unos minutos atrás y que me estaba rompiendo el culo en nuestro propio jardín del fondo…