1. Con Arturo lejos de casa


    Fecha: 06/04/2024, Categorías: Bisexuales Autor: esrkytorazul, Fuente: CuentoRelatos

    Yo no estaba listo todavía, pero las mejores cosas que le pasan a uno en la vida normalmente sobrevienen justo cuando uno menos se ha preparado para recibirlas. La sorpresa y la imprevisión son buenas amigas de grandes gratificaciones o también de intensas desgracias. En este caso, por fortuna, fueron amigas de las primeras.
    
    A Arturo Laurasio, lo había conocido prácticamente durante ese mismo día laboral en Santo Valle, una ciudad chica pero acogedora y algo alejada de San Nicolas, donde yo residía con mi mujer y mis dos hijos. Arturo, un tipo de formas algo toscas, pero de verbo preciso y sensato, me lo habían asignado como acompañante para un trabajo durante dos días en Santo Valle. El venía de Bosquecitos, una ciudad algo más cercana en donde había nacido y vivido toda su vida.
    
    Era ya de madrugada, y yo estaba acostado, casi desnudo junto a Arturo. Me sentía todavía borracho de incredulidad de todo lo que habíamos hecho él y yo en las horas previas. Mi ano estaba vencido, no me dolía ciertamente, pero si había un atisbo de maltrato. Esa noche, había sido yo desvirgado por fin y para siempre. Es uno de los pasos más importantes en la vida sexual de un hombre que como yo, había descubierto desde hacía algunos años ser lo que denominan popularmente, un hombre hetero curioso.
    
    La brisa fresca de esa noche entraba por la ventana y levantaba la cortina que dejaba pasar tenuemente la luz proveniente de una lampara de la calle. La corriente de aire suave daba una falsa ...
    ... sensación de alivio al rozar mi piel. Arturo estaba a mi lado, vencido, agotado, casi roncando plácidamente boca arriba con su cuerpo poco cubierto por una sábana blanca.
    
    Aun me era difícil asimilar todo lo que había inesperadamente sucedido. Era realmente la primera vez que yo dormía así con otro hombre. Y cuando digo “así”, me refiero en calidad de amante. Técnicamente Arturo y yo iniciamos y sellamos esa noche, y sin necesidad de decírnoslos, una suerte de relación amatoria. Me costaba mucho conciliar el sueño y no pensar en mi mujer que tan lejos e inocente estaba de todo el remolino de acontecimientos sexuales y emocionales en los que yo me había metido.
    
    No supe bien en qué momento me quedé dormido entre tantas cavilaciones. Al despertar la claridad matutina de los primeros rayos solares invadía la habitación 302 de ese hotel barato del centro Santo Valle. Las bocinas de autos y el ruido de la ciudad comenzaban poco a poco a instalarse. Arturo estaba dormido, boca arriba, pero la sábana estaba arrugada, hecha una tira más o menos entre él y yo.
    
    Su bóxer breve, ajustado, blanco de tiranta negra superior y algo recogido entre sus muslos potentes relucía bastante entre la poca luz que se filtraba por entre las cortinas. Su sexo estaba bien dibujado bajo el bultito erotizante de esa tela algodonada y suave. Era una imagen muy sugerente. Su pecho sexy, desnudo y varonil invitaba al morbo. Un respingo de deseo me invadió de repente al verle así y eso me produjo una ...
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