1. Consuelo (Continuación)


    Fecha: 14/04/2024, Categorías: Confesiones Autor: profemayte1, Fuente: TodoRelatos

    ... contra la palma de la otra pero no le agrado –No así no, me duele—me disculpe realmente apenada, a manera de disculpa me incline a darle unos besitos y unas lamidas pude percibir el aroma a sexo de hombre y me exite aún más, comencé a sobarlo con mi manita y poco a poco con sus propios jugos y mi saliva lo fui lubricando, mire el duro pedazo de carne que estaba acariciando, note una vena ancha y gruesa que recorría todo el tronco desde la base a la punta, aunque él no es moreno la piel de su verga es más obscura que el resto de su piel lo que hace que la cabezota de su pene se vea muy rosada (la de mi esposo es casi toda del mismo color y termina en punta). Juntábamos nuestras bocas sin besarnos solo mezclábamos nuestro aliento, el mantenía una mano aferrada a mi nalga y con la otra comenzó a acariciar mi sexo que ya estaba bien mojadito, sus dedos resbalaban de mis labios vaginales a mi clítoris y hasta la entrada de mi cuevita, los metía bombeando suavecito y hacia el mismo recorrido una y otra vez, estuvimos masturbándonos mutuamente hasta que ahí de pie tuve un orgasmo las piernas me temblaban y la panocha me escurría.
    
    --Ponte el condón—casi le ordene y me recargue empinada en el escritorio ofreciendo mi trasero a mi amante separe mis nalgas con ambas manos para que apreciara el sexo que iba poseer y mi culito cafecito, cerré los ojos esperando la embestida de esa verga negra con su cabezota rosada y ante mi sorpresa empecé a recibir tiernos besos, lamidas y caricias ...
    ... en las nalgas sus manos recorrían mis piernas –Octavio no tenemos mucho tiempo métemelo ya—le dije y entonces lo sentí hasta adentro me penetro con fuerza profundamente, de momento solo me empujaba con su pubis y llegamos a mover el escritorio después aferrado a mis caderas comenzó un mete saca frenético los golpes de mis nalgas con su pubis llenaban de aplausos la oficina y a mí de placer, recordé que la vez anterior terminamos casi en esta misma posición y le pedí cambiar.
    
    Nos separamos y pude ver su cara de enojado, parecía un niño molesto y encaprichado, lo hice sentar en el sofá y me monté en su vergota, quedamos cara a cara y comencé a besarlo me correspondía sin quitar su cara de puchero y le dije — Te gustan mucho mis nalgas y mis piernas no —Si mucho— Pues son todas tuyas siéntelas (mientras ponía sus manos en ellas) ya habrá otra oportunidad para que las disfrutes más, me estas cogiendo muy rico qué más puedo hacer para que quites esa carita? – Dame teta—nos reímos desabroche mi blusa y el sostén, comenzó a succionar mis seno derecho como un bebe hambriento mientras el otro y lo amasaba con su manota frotando el pezón, mientras se daba gusto con mis pechos comencé a frotar nuestros sexos rítmicamente, volvimos a besarnos enlazando nuestras lenguas, si alguien hubiera entrado en ese momento habría visto mi trasero rojo de tantos apretones y nalgadas, subiendo y bajando de un falo venoso, prieto casi morado a punto de explotar y unos huevotes peludos que estaba a ...