La lavandera desconcida - Relatos Eróticos

La lavandera desconcida

... disculpas apenado. No te apenes solo es una erección, me dijo y yo como defendiéndome de algo le dijo que no es una erección, ella se ríe y me dice, a mi edad yo sé lo que es una erección muchacho, me rio de nervios por contestar pero le digo que aún no está erecto. Ella se acerca y pone su mano sobre mi bulto y lo aprieta, es cierto no está parado, se ríe, y si lo paramos me dice con voz cachonda, yo no supe que hacer o decir pero se giró y me arrimo esas nalgas enormes deliciosas, no es esto lo que has estado viendo, me pregunta, yo digo que si, y empieza a moverse contra mi pene, siento esas nalgas y como pasa de una a otra mi verga que empieza a ponerse durísimo, se gira y me baja el pantalón, lo desabrocho tan rápido que ahora que lo pienso debe tener mucha práctica, mi polla salta frente a su cara, ella se hace para atrás y lo mira se lame los labios y con sus manos toma mi polla una detrás de otra y sobra un cacho, menudo muchacho dijo y llevo su boca a mi pene, la sentí salida abrazar mi cabeza que rodeo con sus labios y pude ver sus senos también apretados deliciosos y ese calor de su lengua al recorrer mi glande. Su mano es algo pequeña y veo como me aprieta y se la lleva a la cara, a las mejillas, a sus labios, se saca la blusa y deja ver sus senos apretados por su sostén, que deliciosa estas le digo, ella sonríe y suelta su sostén y deja caer sus senos deliciosos y grandes, caen un poco por su edad pero se ven riquísimos. La levanto excitadísimo y la pongo contra la lavadora y empiezo a comer sus senos, los juntos riquísimos, sus pezones duros, tomo uno y voy a otro y son suaves a excepción de tus pezones. Ella gime y me toma del cabello y mueve sus pechos contra mi cara siento lo suave de sus tetas y sus pezones en mi rostro, yo los mordisqueo y después ella se hinca para poner mi pene en medio de esas tetas lo aprieta y empieza a moverse rápido rico, mirándome y yo veo esas tetas comerse mi pene…