Confesiones de una veterana de 62 años - Relatos Eróticos

Confesiones de una veterana de 62 años

... llevarte. El juego previo de los dedos muy lubricados que van expandiendo el esfínter es absolutamente necesario para que no te produzca dolor. Hecha la faena de ese modo, cuando entra el ariete se produce una sensación desconocida de placer, porque no solo gozas por detrás sino que se produce un efecto rebote en la concha. Es placer a dos agujeros. Ni que decir tiene si además de meterte el pene en el culo te dan con un consolador por delante. Es lo más.Otros placeres vienen con las distintas posiciones que se adoptan para la penetración. La del perrito es muy buena, pero mejor se siente cuando el hombre toma asiento y tú te tienes que sentar sobre su verga. Esta posición, ya sea cara a cara o dándole la espalda, es muy placentera porque la hembra maneja la profundidad de la penetración y el ritmo. Cara a cara tiene como adicional que el macho te puede chupar las tetas o jugar con ellas con sus manos brindando más placer al acto.Por último una reflexión sobre el conocido 69. Es una verdadera fiesta si ambos lo pueden hacer de la forma correcta, es decir al mismo tiempo que te comen la almeja tú te engulles una verga y te la chupas. Es otra verdadera fiesta de placer a dos puntas.Me he referido sólo a algunas de los juegos que la pareja puede practicar. Todo se reduce a buscar el máximo de placer y que sea recíproco. No hay más placer que el placer que se brinda a la persona que uno a elegido.Sería muy conducente para la ilustración de los jóvenes actuales que los lectores de este relato puedan aportar sus experiencias. Las espero.