1. La mojigata me ayudó a solucionar el problema


    Fecha: 25/03/2018, Categorías: Transexuales Autor: chicochica, Fuente: SexoSinTabues

    Acababa de terminar con mi novio de la peor manera y ahora estaba en la calle, con un abrigo que cubría mi vestimenta de puta, muy alterada y sin saber qué hacer; a toda costa, debía evitar que alguien me reconociera, no sabía lo que podía pasar si mi familia se enterara de esta faceta de mi vida. Salí casi corriendo de casa de mi ahora exnovio, refunfuñando por lo sucedido, hasta que me di cuenta de mi situación: Chico vestido de chica y camina por las calles del pequeño pueblo, donde prácticamente odian a los homosexuales al grado de quererlos linchar; eso sin contar que si la noticia llegara a mis padres, seguro me medio matarían, para después reanimarme y volver a medio matarme 300,000 veces. ¿En qué estaba pensando?, ¡No!, mejor dicho: ¿Realmente estaba pensando?; estaba muy molesta por ver cómo mi hombre, que durante casi 3 años había sido tan macho, ahora quería jugar a invertir los roles; ¿cómo se le ocurrió tan "magnifica" idea?, de sobra sabía que yo solo soy pasivo, así fue como aprendí y así es la única forma en que puedo disfrutar de los placeres prodigados por alguien de mi mismo sexo. Escondiéndome entre las sombras de coches y edificios llegué a un callejón solitario, me dirigí hasta el fondo y traté de recuperar la calma, caminando de una pared a otra y respirando profundamente. Mi mente era un completo caos, imaginaba cómo se comportaría la gente conmigo el resto de mi vida, algunos me señalarían como "el pinche maricón", otros se burlarían de "la vestida ...
    ... esa", otros me violarían para que aprenda la lección y se me quite lo puto... de pronto, un nombre me vino a la memoria: Estela, sí, definitivamente ella podría ayudarme... La conocí cuando entré a la prepa, era prima lejana de uno de mis compañeros, le faltaban solo dos semestres para terminar y, a decir de la gente, era una mojigata persignada, siempre tan bien portada, todos los días con el mismo peinado, sin rastros de maquillaje, evidenciando la necesidad de depilación facial y vistiendo ropas holgadas y largas con las que ocultaba el más mínimo encanto que pudiese tener, pero se trataba de probabilidades muy remotas. Para ser sincero, la conocía solo de vista y por los dimes y diretes de todos los estudiantes de la escuela y por eso fue que me sorprendí mucho cuando 8 meses atrás nos encontramos en el centro comercial y me saludó; pero ahí no terminaba todo, hasta me invitó a tomar un café. Yo no tenía muchas ganas de que me vieran con ella, ¡arruinaría mi reputación!, pero me tomó de las manos y me dijo: - Por favor, Alex, necesito de tu ayuda y consejos - su tono denotaba cierta ansiedad y desesperación - Pero, ¿cómo podría ayudarte?, ni siquiera te conozco - Pero yo a ti sí - respondió y su expresión cambió radicalmente, como si fuera una sádica sabiendo que hará sufrir a su interlocutor con su siguiente frase - No lo creo - me liberé de sus manos y me disponía a retirarme - Realmente te conozco LO-RE-NA - no levantó la voz, pero sí usó un tono muy convincente al ...
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