1. Memorias de un viejo putero. 2ª parte


    Fecha: 27/03/2018, Categorías: Confesiones Autor: Aldebaran, Fuente: CuentoRelatos

    ... sabía, sabía que lo hacía por eso, y que cada vez que el viejo la maltrataba, lo hacíamos. Así transcurrió un tiempo, hasta que Marta dejó el trabajo, no sé qué pasó, pero al parecer, según me contaron, ese día no estaba allí, Marta se enfrentó al viejo y la despidió. Con su despido, empezó mi calvario. Ella no recibía broncas del viejo y yo no recibía sexo. Una tarde me estaba haciendo una paja, con una revista de señoritas en lencería, cuando Marta me pilló. -¿Pero qué haces cochino? -Pues nada, aquí, haciendo un poco de... -Un poco de nada, mamón. Tú te lo pasas bien y a mí me tienes a dos velas. ¿A dos velas? Pero si era ella la que no quería hacer nada conmigo. -Ahora me vas a follar, capullo, que estoy muy salida. Me dijo. Se quita la ropa deprisa y me lleva a la cama. Me tumba boca arriba y empieza a chuparme la polla con ardor. Yo estaba nervioso, nunca la había visto así. Entonces se pone encima de mí. Me cabalga como una loca y me grita: -Fóllame más fuerte, mamón. Estaba como loca, no podía aguantar su ritmo, me estaba follando ella a mí, literalmente. No paraba de gritar y seguro que los vecinos nos estaban escuchando. Me estaba dejando hecho polvo y lo peor es que yo no sentía casi nada. Después de un rato, se corrió como una histérica. Esta no era la Marta que yo conocí. Esto hizo que después de un tiempo, acabara por buscar de nuevo prostitutas. Unos días después hablé con un compañero de trabajo, soltero, que me mostró un prostíbulo donde poder descargar ...
    ... mis “energías”. Allí había muchas chicas, guapas y no tan guapas. El primer día me dió por acostarme con una chica no muy guapa, que estaba empezando en esto de la prostitución. Como era un poco fea, le dije que se pusiera de espaldas, no quería verle la cara, pero si el culo. Tenía un buen culazo la jodía. Me la follé con prisas como si quisiera acabar cuanto antes, aunque el recuerdo de Marta aún seguía en mí. Pero supongo que ya era tarde para intentar recuperarla. Tiempo después intenté volver con Marta, la verdad no sabía porqué, pero me pareció que debía de intentarlo. Llamé a su casa, pero no me contestó. Tenía todavía una llave de su piso, donde habíamos vivido buenos momentos de sexo. Entré y oí unos gemidos al fondo, ya sabía que estaba pasando. Marta estaba follando con un tío que no conocía, en su habitación. Salí de allí rápido. Ya no me importaba lo más mínimo. Esa noche volví al puticlub y me follé otra vez a la chica no tan guapa. Me la follé yo encima, aunque no fuese tan guapa. Quería ver su cara mientras se lo hacía y mientras tanto me olvidé de Marta. Unos meses después, conocí a María. María era muy guapilla, tenía unos ojos azules, vivarachos y una nariz monísima, enseguida me prendé de ella. Yo no estaba mal entonces y enseguida me la ligué. María también era virgen cuando nos conocimos. Pero en su caso no fue como con Laura. Se mostró tímida en nuestra primera vez, pero después se entregó bien al sexo. Un tiempo más adelante, a mí me dio por la vena ...