1. Aprendiendo a dominar


    Fecha: 29/03/2018, Categorías: Dominación Autor: morboso1957, Fuente: CuentoRelatos

    ... abrirlas muy lentamente dejando unos cuatro o cinco dedos de espacio entre una y otra. Me animé al ver su gesto y con otro gesto de mi mano le dije que las abriera un poco más. Lo hizo y me dejó ver unas preciosas piernas que terminaban en una braguita blanca con encajes. Llegó el camarero con la cuenta, pagué, le pedí su bolígrafo y escribí en el recibo lo siguiente: me gustas mucho. Creo que no me equivoco y sé lo que quieres. Cuando salga del servicio, sígueme. Quiero dominarte, si no, tendrás que seguir mojando más tus bragas. Dejé la nota encima de su mesa al pasar por su lado. Cuando salí de servicio de la cafetería pasé por su lado y noté como ella se levantaba. Sabía que venía detrás de mí porque oía el sonido de sus tacones. Anduvimos unos 150 metros y entramos en el parking donde tenía mi coche. Al llegar abrí la puerta del copiloto, invitándola a subir con un gesto de mi mano y sin decir nada ninguno de los dos, entró y se sentó. Pasé al otro lado y entré en el vehículo. Me giré hacia ella, le cogí la barbilla y le obligué a mirarme. Le quité las gafas de sol e intentó rehuir la mirada, volví a obligarla a mirarme y acercándome le dije lo bonitos que eran sus ojos y besé ligeramente sus labios. Volví a hacerlo dos o tres veces más y luego ligeramente comencé a lamérselos e incitando poco a poco a que abriera la boca. Se retiró hacia atrás y me pregunto: —¿Cómo te llamas? —Nada de nombres, al final ya veremos si nos los damos. ¡Bésame! No pudo continuar. —Si puedes ...
    ... y lo vas a hacer, le dije. Ahora vas a besarme y quiero que lo hagas acariciándote un pecho por dentro del sujetador. Dudó un poco en hacerlo, pero observo como se acerca hacia mí y la sujeto por los hombros impidiendo que se acerque más. Introduce su mano a través de su camisa y sujetador y comienza a acariciarse el pecho, dejo que se acerque y juntamos nuestros labios acariciándolos con nuestras lenguas e intensificando nuestros besos. Llevo una de mis manos a sus muslos y comienzo a acariciárselos notando como va abriendo sus piernas y de repente las cierra. Le agarro su pelo por detrás de su cabeza y tirando un poco me separo y le digo, mirando fijamente a sus ojos, que no vuelva a hacerlo y que vuelva a abrir sus piernas cuando se las acaricie. Volví a acariciarla y fue abriéndolas poco a poco. Llegue a su coño y noté su braga totalmente empapada. Volví a besarla y le dije que nos íbamos a un hotel. —Prefiero ir a mi casa, en los hoteles me pueden conocer y en mi casa no hay nadie. Mi hija y mi marido están fuera y no regresarán hasta el domingo por la noche. —De acuerdo, pero que sepas que es la única concesión que te voy a hacer, a partir de ahora harás lo que yo te ordene, si no estás dispuesta, aún estás a tiempo de irte, ¿de acuerdo?. —Si, de acuerdo. Salimos del parking y nos encaminamos hacia su casa. —Quítate las bragas, le dije —¿Qué? —Ya lo has oído, no me hagas repetirlo. —Estamos en la calle y me pueden ver. —Sabrás como hacerlo lo más disimulado que puedas, ...
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