1. Aprendiendo a dominar


    Fecha: 29/03/2018, Categorías: Dominación Autor: morboso1957, Fuente: CuentoRelatos

    ... venga quiero verlas en tus manos. Levantó ligeramente el culo del asiento y metiéndose una mano por un lado dio un tirón a las bragas y volvió a sentarse, terminando de quitárselas poco a poco. —Enséñamelas y ponlas debajo de mi nariz. Su olor me embriagó e hizo que mi polla se pusiera dura como una piedra. Aparcamos en su garaje y al subir en el ascensor le pedí que si quitara el sujetador. Lo hizo sin rechistar y lo introdujo en su bolso. Quiso acercarse a besarme y no le dejé. Entramos en su casa y nada más cerrar la puerta empujándola contra la misma, empecé a besarla con desesperación acariciándola por todo su cuerpo. Nos acercamos al sofá de su salón y me senté. —Desnúdate lentamente, le dije, observándola con detenimiento. Comenzó a quitarse la ropa muy lentamente pero evitaba mi mirada, por lo que le dije que me mirase a los ojos mientras lo hacía. Quería ver el rubor en su rostro haciendo juego con su pelo rojo. Esos ojos merecían estar mirándolos siempre, su color y su mirada aún me hacía excitarme más. Dejó sus pechos al aire y pude apreciar que a pesar de su tamaño mediano, eran unos pechos preciosos, firmes y con un gran pezón que pedía ser comido y torturado. Cuando se quedó solamente con sus diminutas bragas, le dije que no se las quitara, que se deshiciera de sus sandalias, dejando ver unos pies bonitos y muy bien cuidados, y que gateando se acercara y me comiera la polla. Cuando llega a mis pies, me desabrocha el pantalón y vuelve a rehuir la mirada, por lo ...
    ... que agarrándola del pelo, tiro fuerte y vuelvo a exigirle que me mire a los ojos, si no, me levantaría y me iría. Estaba jugando fuerte, pero había que intentarlo. —¿Quieres que me vaya? —No, por favor. —Pídeme que me quede y que te someta a mis caprichos. —Quédate y sométeme. Haz lo que quieras conmigo —¿Estás segura?, no quiero reproches y me obedecerás en todo, ¿de acuerdo? —Si, si Con eso me conformaba, no hacían falta expresiones, como “si amo”, “si dueño” y, dado que además comenzaba en este mundo, para mí eran más que suficientes. Ya no le dije más, sacando mi polla comenzó a lamerla primero hasta que se la metió poco a poco en la boca. Le pedí que se pusiera las manos detrás y me la comiera sin manos, pero como notaba que la penetración no era muy profunda, cogiéndola del pelo fui moviendo su cabeza de atrás a adelante comencé a follarme mi polla e introduciéndola cada vez más profundamente, notando que alguna vez le daban arcadas y viendo como sus ojos se llenaban de lágrimas, que hacían darle más brillo a los mismos. Al mismo tiempo le pellizcaba los pezones que estaban duros y tiesos. Saqué mi polla de su boca y volví a pellizcárselos y estirarlos porque quería notar, como así fue, su grado de excitación. Sus jadeos eran increíbles, nunca había visto jadear a nadie así, solo con acariciar, apretar sus pechos y pezones. Golpee su cara con mi polla y ella la buscaba con su boca. Lo hice varias veces notando como tenía verdaderas ansias de volver a sentirla dentro. La ...
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