1. Sueño de una noche de verano


    Fecha: 09/04/2018, Categorías: Sexo con Maduras Primera Vez Tabú Autor: Femmefatale969, Fuente: xHamster

    ... que vivir en cada momento, que la fidelidad es primero a sí mismo y que en el amor no se pueden poner las estrechas barreras que solemos levantar los seres humanos. Yo tenía la impresión de que mi amor por Pedro no se veía alterado en lo más mínimo por lo que pudiera pasar estos días, que la fuerza y la pureza de mi amor también pasaba por yo ser más yo, para ser capaz de darme más a él.Entonces apareció en la puerta con la toalla como única indumentaria. Su cuerpo era musculoso, sus piernas denotaban deporte varios días en semana, sus abdominales marcados y su sonrisa invitaban a vivir. “Ven”, me dijo. Me levanté, me dirigí hacia él, le acaricié el pecho con mis dedos y le susurré: “Hazme tuya. Hoy las barreras han caído”Mordisqueó mi oreja, mi cuello, mientras sus manos manoseaban mi culo estrujándome contra su pene, completamente tieso. Metió sus manos por debajo de mi vestido, acarició mis muslos, suspiró, se echó hacia atrás y me dijo: “desnúdate para mí”. Me desconcertó. Recuerdo en una ocasión que lo hice para Pedro, me sentía rara, sobre todo porque mi cuerpo no me acaba de convencer y me daba vergüenza. Sin embargo, hoy, como en aquella ocasión, ver los ojos de deseo del hombre que tenía delante me animó a seguir.Muy despacio me acaricié la cara, el cuello, me llevé las manos a las tetas, me pellizqué levemente, pasé la lengua por mis labios, luego bajé por el talle, contoneando un poco las caderas. Puse una pierna sobre su rodilla derecha me desabroché una sandalia, ...
    ... luego la otra. Le oía respirar con fuerza, mientras la perpetua sonrisa de sus labios me animaba a seguir. Me alejé un poco, me di la vuelta y me bajé las bragas, que recuerdo se las lancé para que las recogiera al vuelo. Después me desaté el vestido del cuello y lo dejé caer hasta el suelo. Así completamente desnuda, de espaldas a él, permanecí unos instantes, dejando que se recreara en mi espalda y mi culo. Me di la vuelta. Su cara era de éxtasis total, me miraba con ojos de deseo encarnado en mi cuerpo de mujer, de pasión irreverente, de amor absoluto.Se acercó diciendo, eres perfecta, eres increíble y maravillosa. Gozar de la visión de tu cuerpo de mujer es suficiente para querer seguir viviendo, poder sentir su calor y recorrerlo con mis manos y mis labios, basta para adentrarse un poco los misterios insondables del amor, pero recibir tus caricias, tus miradas y tu sonrisa sobre mí, permite entender el sentido de la existencia.Me cogió en brazos y me llevó hasta la habitación, me dejó en la cama, con las piernas en el suelo, me las abrió con suavidad y se acercó a besarme. El cuello, la oreja, los labios. Su lengua jugando con la mía, la mía jugando con la suya, nerviosa. Le mordí un poco el labio. Buscó mis pezones a la vez que yo sentía el calor y la dureza de su polla contra mi vulva. Me chupó y me volvió a chupar. Su lengua trazaba pequeños círculos alrededor de mis tetas. Mis pezones estaban duros, sus chupetones, lamidas y mordiscos me estaban poniendo a cien. Sus ...