1. Confidencias 26 Con David, sin violencias


    Fecha: 11/04/2018, Categorías: Gays Autor: Alvaro-L-de-H, Fuente: SexoSinTabues

    ... puedes esperar lo prefiero. Me estrechó entre sus brazos y a pesar de no haberle dado mi conformidad definitiva sentí un suspiro de alivio salir de su boca. Esa escena me dejó muy contento, su deferencia para darme tiempo, y el que a pesar de desear mi respuesta supiera esperar sin forzarme. Impulsivamente elevé la cabeza para ofrecerle mis labios, me besó unos segundos y despacio apretaba hasta que abrí la boca y dejé que la llenara. Le permití que acariciara mi lengua, que lamiera mis labios y jugara entrando y saliendo sin hacer nada, solo sintiendo, comparando, dejándome estremecer por las deliciosas sensaciones que me daba. Sí, lo mismo que los besos de Alberto, también los de David me encantaban y entonces, después de hacerle esperar respondía a las caricias de su lengua. Volví la vista para mirar el banco donde habíamos estado un largo tiempo, como dos enamorados, como dos amantes que se quieren, me sujeté a su cintura y así entramos en la casa. Mamá estaba para la cena esta noche, hacía tiempo que David había marchado después de estar hablando con Eduardo. -Me dice David que te ha hecho una proposición. Eduardo dejó de comer para fijar la mirada en mí, no solamente él, también mamá, y Pablo, y hasta Tomás suspendió su caminar sirviendo la cena para esperar mi respuesta. -En realidad me ha pedido que lo piense, sin prisas. Mamá dejó los cubiertos y cogió la copa de agua, estaba nerviosa y el agua se agitaba. -No tenías que pensar nada, debiste decirle que sí a David ...
    ... cuando te lo pidió. No entendía su malhumor repentino cuando hacía un momento estaba contenta. Eduardo la miró censurándola. -Deja tranquilo a Oriol, si David ha creído que así es lo correcto, se hará como él piensa que debe hacerse. Llevé la mirada hasta Pablo, había vuelto a comer y tenía la vista en el plato. Daba la impresión de que todos tenían más prisa que David en saber mi decisión, aunque sería más justo decir que esperaban mi respuesta y que fuera afirmativa. Después de la cena Eduardo me pidió que lo acompañara, me llevó a la biblioteca, sabía que para él era importante lo que tuviera que decirme cuando lo hacía en ese lugar tan personal y de uso casi privado. Se sentó en una butaca alta y me llevó para que me apoyara en sus piernas. -No tienes que hacerle caso a tu madre, te estás portando como todos esperamos de ti y haciendo lo correcto. Estaba resultando muy amable pasando las manos en una tierna caricia por mis caderas hasta llegar a las nalgas. -Iba a decirle que sí, que aceptaba lo que me pedía y no me dio tiempo de hablar, entonces me dijo que no había prisa y que lo pensara. Me alegró en aquel momento que me considerara. Eduardo me abrazó y me besó en la frente. -Muy bien, dejemos que todo se calme. Si tu respuesta es afirmativa tendré que hablar con tu padre para que nos firme la autorización y renuncia sobre ti. Es posible que podamos darle un trabajo sin responsabilidad y que pueda salir de la indigencia. En mi corazón se abría una luz de esperanza, de ...
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