1. Confidencias 26 Con David, sin violencias


    Fecha: 11/04/2018, Categorías: Gays Autor: Alvaro-L-de-H, Fuente: SexoSinTabues

    ... alguna manera podía ayudar a papá. -¿Harías eso por él Eduardo? Acurruqué la cabeza en su cuello. -¡Gracias!, ¡gracias! Eres tan bueno. Palmeó mi espalda y me separó de él. -Podemos hacerlo, pero David tiene que quedar contento, todos tenemos que ayudarnos. -Le diré que sí, estoy de acuerdo, ya lo estaba…, pero te agradezco lo que puedas hacer por mi padre. Y de momento así quedó todo. A la noche, abrazado a Dulce, no podía conciliar el sueño. Habían sido muchas emociones recibidas, muchas cosas que no entendía y se quedaban en mi cabeza como bombillas encendidas calentándola. Me levanté de la cama, estos días por el calor reinante no se había encendido la calefacción y a la noche hacía fresco, me coloqué un batín y salí al pasillo cerrando la puerta para que dulce no me siguiera y abrí sin llamar la de Pablo. Se encontraba ya en la cama aunque no debía de haberse metido hacía mucho tiempo, estudiaba hasta muy tarde sin perder sus costumbres, me hizo un hueco a su lado y me metí sin quitarme el batín para estar caliente. Coloqué el cuello sobre su brazo mirándole el perfil. No hablamos hasta que pasaron unos minutos. -¿Pablo? -Dime pequeño… -Ya no soy un niño, ¿por qué no me habláis y que pueda entender lo que está pasando? Colocó la boca pegada a mi oreja, sentía el calor de su aliento en el cuello. -En algún momento te lo dirán, Eduardo, tu abuelo o David, alguno lo hará, yo no debo hacerlo. Mi interés aumentaba por lo misterioso que se comportaba y había nombrado a mi ...
    ... abuelo, el padre de mamá, el único que él conoce. -Por favor, no lo diré y nadie sabrá lo que me digas, será nuestro secreto. -Mira Oriol, en este momento pueden estarnos escuchando o grabando lo que hablemos, no estoy seguro de que no nos vigilen. Sentí como una corriente de intranquilidad bajando de la nuca por toda la columna. -Me das miedo Pablo, no hay nadie que nos vigile, conozco el sistema de seguridad de la casa y en esta parte no hay cámaras ni algo parecido. Y entonces recordé el cuarto de seguridad, la habitación anti pánico de la biblioteca. -Conozco un lugar donde nadie nos puede ver ni escuchar, ven, sígueme. Avanzamos como sombras por los pasillos evitando los lugares vigilados por las cámaras, y que yo conocía, hasta llegar a la biblioteca, rogué por que el sistema funcionara como en la prueba que hicieron los técnicos. El suelo se elevó como estaba previsto y se encendieron las luces del sótano, tiré de la mano de Pablo que se había quedado atónito mirando el rectángulo practicado en el suelo. -¿Qué es esto? Le tuve que empujar para que bajara las escaleras. -Ahora no hay tiempo para que te explique, baja de una vez. Cerré el acceso como Eduardo me había enseñado. -Ya no hay posibilidad de alguien nos vea a no ser que lo queramos. Dime algo Pablo no tengo otra persona a quien acudir. Le rogaba llevándole a uno de los sofás que había en la estancia, enfrente de las pantallas que mostraban lo que las cámaras recogían, estaba todo en silencio y solo las luces de la ...
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