1. Confidencias 26 Con David, sin violencias


    Fecha: 11/04/2018, Categorías: Gays Autor: Alvaro-L-de-H, Fuente: SexoSinTabues

    ... chuparle la verga. Me guiaba con Las manos sobre mis hombros y las desplazó acariciando la espalda hasta alcanzarme las nalgas, me acariciaba los glúteos amasándolos y golpeándolos sin causarme dolor. Me separó las nalgas e introdujo los dedos hasta llegar a la entrada del ano, me comenzó a girar quitándome su dulce y caliente falo de la boca y ahora estaba con el culo en alto ante él, me estremecí con agudos gemidos al sentir su lengua en el ano, no esperaba esto de David y comencé a mover el culo por el gusto que me daba. Lamía mis huevos y la polla para pasar rápido a querer meterme la lengua por el culo, me contorsionaba moviendo las nalgas, apretando y abriendo el culo para dejarle meter la lengua. -¡Ahh! David que gusto me das, sigue amor, continua comiéndome el culito, ¡ahh!, ¡ohh! Ummm, ¡que rico mi vida! Sentía estirárseme la suave piel del hoyito cuando empujaba los dedos para entrar en mí. Jugaba en la entrada utilizando los dedos y la lengua con destreza, como un chico entrenado en dar placer y conocer lo que debía hacer con un culo. No me causaba dolor, y mi culo no extrañaba la penetración de sus delgados y largos dedos, soportaba perfectamente dos y tres entrando en mi cueva, sintiéndolos moverse en mi interior acariciándome el recto. Me agradaba, me gustaba como sabía darme placer, tan distinto todo a lo de la violación pasada, y ahora todo resultaba lindo y placentero, un acto de amor tan tierno preparando el macho a la hembra con delicadeza, para cubrirla ...
    ... y penetrarla con su hombría y dejarla preñada y satisfecha. Tenía mi ano abierto, preparado y deseoso de ser invadido y penetrado por su dura y tiesa verga, abrí los ojos para mirarle y pedirle con la mirada que me follara de una vez, que ocupara el lugar que le correspondía como macho semental. Supe que el momento llegaba cuando volvió a moverme y tumbarme con la cara hacía él, coloqué las piernas sobre sus hombros y elevé las caderas para alinear la entrada de mi culo con su verga, temblé un poco recordando la pasada noche, y fue cuando cogió su duro garrote y lo apunto decidido a hundirlo en mi carne. -Perdona si te hago daño mi amor. Resultó su gesto más delicado y me relaje pare recibirle. -Prepárate. Comenzó a entrar en mí, su glande resultaba de los más gordos que habían atravesado la puerta de mi culo, pero ya había estado en mí, una vez ya me había desvirgado y hubo como un mutuo reconocimiento entre ambos. Me mordí el labio ligeramente dolorido y la penetración resultaba lenta y continuada. El ano se adaptaba perfectamente por su flexibilidad al grosor de su verga y lo notaba avanzar recorriendo mi vientre, entrando sin detenerse hasta que no pudo más. Lanzó un gemido de placer cuando los pelos de sus testículos acariciaron la entrada de mi culo y flexionó los brazos para apoyar su pecho sobre el mío. -¿Te ha dolido? Musitó mordiéndome la oreja. Le sentía tan fuerte y posesivo apoyado sobre mí, dominado por ese férreo mástil atravesándome el cuerpo, que suspire de ...