1. Grabamos un video porno con mi hijo


    Fecha: 15/04/2018, Categorías: Incesto Autor: tranque, Fuente: CuentoRelatos

    ... permiso para ir al baño, ellos asienten con la cabeza pero al mismo tiempo se levanta la esposa de uno de ellos y su marido me pide si la puedo acompañar al baño, le digo que con mucho gusto la acompañaría. En ese momento si me presentó un dilema, como tomaría la mujer de un ejecutivo de la empresa que la acompañe al baño y apenas entre me tire un pedo ruidoso, qué pensaría, que le contaría a su marido, me daba mucha vergüenza, no me quedaba otra cosa que aguantar. Entro al baño y me lavo las manos y la cara y ni siquiera entro a orinar, no quería emitir ningún ruido por error. De vuelta en la mesa seguimos con la conversación por media hora más hasta que terminamos con el almuerzo. Ya el dolor era insoportable, pero aguanto, solo pensaba en llegar al automóvil y aliviar mi pena, pero no, mi jefe me pidió que lo alcance hasta cerca de su casa porque tenía su auto roto. Lo dejo en su casa y me voy rápido a la mía, quedaba sólo a unos minutos. Por fin llego a casa, veo desde mi auto la puerta y era como ver la meta de llegada en un maratón. Estaciono y me apresuro a llegar a la puerta, me parecía eterno los escasos segundos en que tardaba en abrir la puerta de entrada. Listo, ya estaba adentro, sola, tenía toda la casa para largar el gas que me atormentaba. Apenas cruzo la puerta y sin alejar la vista de ésta me bajo el ajustado pantalón de lino y la tanga a la vez. Sin doblar las piernas me inclino hasta que mis tetas tocan mis muslos, una posición ideal para largar el pedo ...
    ... más largo de mi vida. Trrrrrrrrr, un alivio inmediato. Después de haberme torturado por horas por fin puedo dejarlo ir, no quería cambiar de posición era lo más placentero que sentía en horas. Exprimo un poco más mis entrañas para largar hasta el último recuerdo. Trrrrrr, trr, cuando de repente escucho un ¡Click! Y se ilumina la puerta con el resplandor de un flash. Me asusto y me incorporo con la velocidad de un rayo y me subo el pantalón. Me doy vuelta y vea a mi hijo riendo con el móvil en la mano. -¿Qué haces Leo? Le digo enojada mientras el ríe más fuerte. -jajaja, ¿Yo qué hago? Jajajajaja. Sale corriendo a su habitación y yo atrás tratando de alcanzarlo. Sube las escaleras volando y entra a su habitación, quedo afuera muerta de vergüenza, asustada, enojada. Le golpeo fuerte. -¡Vamos abrí! Dame el móvil. Yo le gritaba mientras escuchaba sólo risas desde dentro. No sabía que hacer quería las fotos me sentía humillada. Pasan unos minutos y sigue sin abrir, mientras comienzo a suplicar. -Vamos Leo, por favor, está mal lo que haces. Continuo por un tiempo hasta que me resigno y decido bajar a espéralo en el living. La vergüenza inundaba mi ser, sentada en el sofá frente al inmenso televisor, no dejaba de preguntarme ¿qué habría visto? ¿Qué pensaría de mí? ¿Qué haría con la foto? ¿Cómo podría volver a mirarlo? Hacía años que nadie me veía en esa posición desnuda, a no ser por mi doctora. No estuve con un hombre desde que me separé, mi vida era mi hijo y el trabajo. Pasó más de ...
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