1. Una suegra perversa mas mi cuñada


    Fecha: 22/04/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: flowhot, Fuente: RelatosEróticos

    ... una misma quincena las tres parejas y he de decir que es una experiencia memorable. Me excito viendo esos cuerpos alrededor mío las veinticuatro horas del día: en la piscina, playa, comida, antes y después de la ducha, saliendo a cenar y tomándonos copas y durante el silencio de la noche. Sí, el silencio de la noche era lo mejor. En algunas ocasiones yo estaba tan excitado de aguantar tal bombardeo de cuerpos todo el día que mantenía relaciones con mi mujer salvajemente por la noche.. Lo mejor es que ella es muy explosiva en la cama y gime de manera nada discreta, lo cual me excitaba más si cabe, ya que pensaba en que nos oían el resto de familiares. A veces oíamos a sus padres o mis cuñados manteniendo relaciones sexuales en el mismo apartamento, lo cual nos sobreexcitaba. Una gran experiencia. Es recordarlo y me produce una erección. Hace unos años mi suegro enfermó y pasó un par de meses en el hospital. Mi suegra vino a residir con nosotros esa temporada, el hospital estaba muy cerca de casa y así ella no debía desplazarse a la vez que podía descansar, ducharse y comer con nosotros. Cada vez que yo la veía por nuestro piso, recordaba las vacaciones de verano y ciertamente me excitaba. Era junio, por lo que a veces cuando mi novia no estaba, por motivos labores, ambos estábamos solos en la vivienda. Hablábamos de todo, hasta de nuestra vida en pareja, teníamos buena confianza. Reconozco, y está feo decirlo, que me excitaba tener a esa gran mujer en piso, por respeto y ...
    ... educación no hacía nada que le pudiera molestar o sentir mal. Después de ducharse dejaba su ropa interior en la cesta de ropa sucia cerca de la lavadora y cuando estaba llena, ella, yo o mi mujer poníamos la lavadora. Una vez, mientras la introducía, comprobé que sus sujetadores eran sensuales y de una talla bastante prominente, lo cual me excitó, he de reconocerlo. Imaginármela con esa ropa interior tan sexy puesta me calentaba. Cada vez que ponía la lavadora me fijaba si había sujetadores suyos y acababa excitándome, posteriormente, masturbándome. Los olía porque a su olor corporal le acompañaba la esencia de su perfume. Era irrefrenable. A veces me sentía mal por todo ello. Una tarde me fui a dormir la siesta. Cuando estaba tumbado en nuestra cama de matrimonio, recordé ese momento de selección de colada y me excité a la vez que me masturbaba. Mi suegra se marchaba al hospital, la oía que decía algo pero no la entendía, yo no estaba para responderle, así que no le hacía caso. De repente se abrió la puerta y me contempló desnudo, masturbándome, se sorprendió al verme así, miró mi cuerpo, vi como observaba mi pene y en pocas palabras, atropelladas, me dijo que ponía la lavadora y se marchaba. Cerró la puerta y se fue. Yo estaba avergonzado, pero al cabo de unos minutos ese hecho me excitó y terminé de masturbarme, pensando en la situación y en mi suegra. Por la noche mi novia pagó las consecuencias con tres polvos memorables, seguro que mi suegra oyó nuestros gemidos. Lo hacia ...