1. Una suegra perversa mas mi cuñada


    Fecha: 22/04/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: flowhot, Fuente: RelatosEróticos

    ... conscientemente, para que ella nos escuchara, esto me ponía mucho más y mi novia disfrutaba al máximo. Este acontecimiento fue como una especie de comienzo de una serie de situaciones que se vivieron en mi domicilio cuando mi esposa no estaba y eran de lo más sensuales. Mi suegra se compró una bata más sensual, ligera y corta porque decía que tenía calor en el piso, ya estábamos en julio, y el verano en Sevilla es criminal. A veces se trasparentaba su ropa interior, lo cual me encendía instantemente. Otras veces, cuando manteníamos conversaciones a solas hablábamos de intimidadas, ella llegó a confirmarme que durante las vacaciones de verano nos escuchaba practicar sexo, que le excitaba y automáticamente quería ser saciada por mi suegro. Todo era raro y curioso. Para remate, en una ocasión, mi esposa le dijo a su madre que si en algún momento tenia calor en la vivienda no pasaba nada si quería dormir o pasearse en ropa interior, que era como estar en la playa y que entre nosotros había confianza. Mi suegra se ruborizó y dijo que le daba vergüenza. Pero, días después, pude ver como dejaba la puerta entre abierta de su dormitorio para dormir semidesnuda. Me excitaba mucho. Le espiaba, la observaba a oscuras con el resplandor de la ventana por donde pasaba la luz de la calle y después cuando me acostaba mantenía sexo salvaje con mi mujer. Ella se percataba de mis actos y empezó a pasearse en sujetador y bragas sensuales, o en tanga inclusive, yo sufría unas erecciones ...
    ... incontrolables que me incomodaban, ella sé que me observaba. ¿Qué podría hacer? Todo se me iba de las manos. En una de las conversaciones que mantuvimos a solas, me dijo que se había dado cuenta que me excitaba y me reconoció que cuando me vio masturbándome se calentó mucho, tanto que tuvo que masturbarse ella. Yo no sabía qué hacer, ni que decir. Eso sí, estaba empalmado como nunca oyendo sus palabras. Ella dijo que no quería ser infiel a su marido ni a su hija, pero que toda esa situación le excitaba y que a veces necesitaba mantener sexo con su marido pero al estar hospitalizado se masturbaba por las noches compulsivamente, mientras todos dormíamos, también me confesó que en ese momento lo estaba y que podría masturbarse allí mismo, delante de mí, como una perra en celo, se sentía como una adolescente desbocada. Observé sus pechos y sus pezones, le delataban. Gordos, erectos, puntiagudos y su clítoris debía andar muy a la zaga. Le dije que a mí no me molestaría si lo hacía, al contrario, y según se lo decía, saqué lentamente mi pene y comencé a masturbarme observándola, ella se puso muy colorada y tensa, a la vez que observaba mi polla, y de repente se desnudó y comenzó a masturbarse. Los dos lo hacíamos observándonos, fue muy excitante. Los dos gritamos de placer al eyacular, mirándonos, fue raro y bello a la vez. Después nos vestimos y guardamos el silencio eternamente. Al cabo de unos días dieron el alta a mi suegro y ella dejó nuestra vivienda. No volvimos a hablar del tema, ...