1. Haciendo un favor a Karina


    Fecha: 22/04/2018, Categorías: Infidelidad Confesiones Autor: nagash74, Fuente: CuentoRelatos

    ... atrás, cerró los ojos, se mojó los labios con la lengua y se dedicó a disfrutar. No habían pasado ni dos minutos cuando, de golpe, dejé de chuparla, me separé y le dije: -Es suficiente. Espera mi llamada. Te llamaré cuando tenga todo listo. Quiero que te compres ropa interior que usarás sólo conmigo. Me arreglé la ropa y salí. Fui directo a la caja a pagar el consumo y cuando ella estaba saliendo del baño me acerqué y le di un beso en la mejilla, despidiéndome lo más natural que pude. Era una situación nueva para mí, así que tardé casi una semana en arreglar todo: decidir el lugar en el que nos encontraríamos sin levantar sospechas, armar una supuesta reunión de trabajo sin que mi esposa me busque por teléfono y ausentarme de la oficina argumentando un supuesto trabajo que necesitaba concentración, etc. Finalmente, llamé a Karina y le dije a dónde debía ir y qué hacer. Era un hotel de mediana calidad en un lugar periférico de la ciudad. Ella llegaría media hora antes y me esperaría ahí. Yo ya había hecho la reservación con anticipación. Cuando llegué a la habitación y ella abrió la puerta, lo que vi me encantó. Karina tenía puesto un juego de lencería muy sexy y estaba con zapatos altos de tacones. Entré y frenando mis impulsos, sin tocarla, le dije que cerrara los ojos y que se ponga a bailar sensualmente tocándose todo el cuerpo. Puse música suave, le di unos segundos para que tome confianza y el resultado fue espectacular. Pasaba sus manos por sus piernas, sus nalgas, ...
    ... sus pechos; se metía un dedo en la boca y agitaba su cabello; movía el culo deliciosamente y comenzó a tocar su sexo por encima de sus bragas. Yo, mientras tanto me desnudaba lentamente sin perderla de vista un segundo. Desnudo, me paré tras ella y le dije que detuviera su danza sin abrir los ojos. Entonces, la fui besando muy lentamente, primero en el cuello, luego la espalda, las nalgas, sus pantorrillas. Mientras la besaba, con mis manos iba acariciando lentamente otras partes de su cuerpo. La guie hasta el pequeño sillón que se encontraba junto a la cama, la senté y comencé a besarla de igual forma por delante pero ahora quitándole su sostén y sus bragas mientras le besaba y chupaba los senos, el ombligo, los pelos de su vagina, las piernas. Cuando le retiré las bragas, le chupé el dedo gordo del pie izquierdo y Karina arqueó todo su cuerpo. Con mi cabeza le fui abriendo las piernas y al llegar a su sexo lo encontré mojado y brilloso. Tenía una cara de mujer en celo que jamás me hubiera imaginado. Respiraba rápidamente, pellizcaba sus pezones y tenía su boca abierta, se mordía el labio y pasaba su lengua por ellos. Esa hembra estaba a punto de venirse y ni siquiera había tocado su sexo. Me separé un momento para contemplarla y sin abrir los ojos, contorneándose y tocándose, me dijo: -Papito, ya no aguanto más, dame verga o me voy a morir. Me arrodillé entre sus piernas y directamente, sin aviso, clavé mi boca en su cueva, succionando fuerte y buscando su clítoris. Karina ...