1. En el Ferry


    Fecha: 25/04/2018, Categorías: Sexo con Maduras Sexo Duro Autor: osito_creasy, Fuente: xHamster

    Habíamos pasado unos días en su casa, llenos de momentos irrepetibles y únicos. Viajábamos en el barco de las 12:00, camino de Santa Cruz de Tenerife. Ocupamos las butacas centrales y pedimos unos cafés para hacer mas llevadera la travesía. - "Carlos, voy al aseo. Sigue las instrucciones que te mandaré al móvil", le susurro al oido, levantándome de mi butaca, aprovechando para mordisquearle el lóbulo de la oreja y dirigiéndome hacia los servicios, sin mirar atrás, meneando el trasero, enfundado en aquella minifalda de tubo, con toda la intención y sabiendo que Carlos me observaba juguetón. Entro al aseo. Hay una señora lavándose las manos. Intercambiamos los buenos días de rigor e inspecciono los servicios. Me decido por el tercero. Entro en él. Le mando por WhatsApp una foto de mis pechos con la leyenda [Estoy en el tercer aseo. Ven]. Cuando recibe mi mensaje, Carlos se apresura a levantarse de su butaca, se dirige decidido hacia el servicio de mujeres y sin pensar en que puedan verle, sin preocuparse en como hacerlo, entra rápidamente. Inmediatamente después entra en mi reservado. Me encuentra sentada en la taza, con la camisa abierta y mis senos asomando por encima del sujetador, con mis piernas separadas, y mis dedos acariciando mi sexo delicadamente. Allí plantado, delante mía, no le dejo hablar. Tiro de él hacia mi de su cinturón. Suelto su cinturón, desabrocho sus pantalones y tiro de ellos para abajo dejando su sexo al aire, frente a mi. Me relamo golosa directamente ...
    ... frente a sus ojos, para hacerse saber cuanto me apetece devorar su sexo. Como me pone comérsela, saborear su duro miembro. Toco su miembro. Esta excitadísimo. Empiezo lamiendo su piel, por debajo del ombligo, mientras con mis dedos acaricio sus pezones, los pellizco, los estrujo. Suspira, gime. Lo mando callar con un dedo sobre sus labios. Hay gente al otro lado de la puerta. Sigo bajando desde su ombligo, pasando por sus oblicuos, rodeando la base de su polla, hasta sus huevos. Me tomo mi tiempo para disfrutar de sus testículos. Me los meto en la boca, los saboreo, los absorbo, todo ello mientras juego con su falo con mi mano derecha. Me pide que se la c*** susurrándome. Pero disfruto mucho de esta “tortura”. Tengo una excitación increíble, provocada por mis sensaciones al acariciar su sexo con mi lengua y al saber el efecto que mis acciones tienen sobre él. Lentamente voy tragándome su glande, milímetro a milímetro lo entierro en mi boca, dejando mis labios arrastrarse por su la dermis tensa de su su ciclopea cabeza. Puedo sentir en mis labios los latidos de su corazón transmitidos por las venas que se marcan en el talle de su sexo. Puedo sentir los temblores que produce el placer que esta recibiendo Carlos por mis caricias. Puedo sentir en mi lengua la calidez que irradia su sexo. Pero, no, esto aun no ha acabado. Me levanto. Lo obligo a sentarse. El obedece sin rechistar. Enrollo mi falda en la cintura, me aparto el tanga, cierro sus piernas y me coloco a horcajadas sobre ...
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