1. El amor de mi esclava


    Fecha: 28/04/2018, Categorías: Dominación BDSM Autor: charlygaucho, Fuente: CuentoRelatos

    ... veo como me podría hacer el tiempo necesario para poder realizar el trabajo. Son miles de juicios distribuidos por todo el país. - Ya lo hablé con el directorio, todos están de acuerdo con que vos seas la persona elegida. El dinero no es problema, traé ayudantes. No sé, fíjate… pero necesito que te hagas cargo de este tema. La realidad es que lejos estaba de querer alterar mi vida asumiendo esta tarea, pero el tono del ruego de mi amigo, su mirada, habían transformado su pedido en una súplica y hay momentos donde la amistad se impone a la comodidad y te obliga a extender tu mano abierta. - De acuerdo, pero voy a necesitar dos colegas que me ayuden y la empresa va a tener que facilitar el apoyo de un empleado para que haga de enlace y de soporte administrativo. También necesito que ayude el actual encargado de juicios. No va ser barato… - Gracias… Jorge extendió sus brazos sobre la mesa y tomó mis manos entre las suyas, levantando la cabeza y dirigiéndome una mirada de eterno agradecimiento que conmovió la intimidad de mi ser. Manuel se acercaba con las tazas de humeante café y las medias lunas, colocó todo sobre la mesa y se alejó. - ¿Cuándo empezamos?, pregunté. - Ayer, fue la respuesta esperada. - Bien, dame un par de días para seleccionar a los colegas que me van a acompañar y entretanto elegí al administrativo y hablá con el encargado de los juicios. - No… Cuando vengas te pongo en contacto con el encargado para que te informe y con la jefa de personal para que te ...
    ... ayude a elegir el empleado. También te vamos a poner una secretaria para que colabore, aunque ésta la vas a tener que compartir con la oficina de personal. Tu despacho va a estar al lado de ellos. - De acuerdo -dije- nos vemos el jueves. ¿A qué hora voy? - A las trece, ¿te parece bien? - Perfecto. Un apretón de manos selló este acuerdo que parecía que era simplemente un convenio profesional donde iba a ayudar a un amigo. Lejos de ello, esta conversación fue el inicio de un proceso que estaba destinado a impactar profundamente en el futuro. La empresa El reloj apenas pasaba de la una de la tarde cuando yo trasponía la gran puerta de acceso a la tradicional compañía de seguros ubicada sobre la avenida Corrientes. Para esto ya había elegido a mis ayudantes, una pareja de jóvenes abogados -él de unos 30 años, ella de unos 28- con poco más de un año de experiencia, pero con muchas ganas de dedicarse a la tarea y con un gran olfato - especialmente la chica- para detectar situaciones extrañas. Me dirigí a los ascensores, tomé uno y fui hacia el segundo piso, donde se encontraba el despacho de Jorge. Me presenté a su secretaria, aguardé unos instantes y la puerta de la oficina se abrió y él me invitó a pasar. - ¿Todo bien?, inquirió. - Todo perfecto, ya elegí a mis ayudantes, vamos a empezar el lunes, sólo queda contactar a la gente de la empresa. - ¿Los hago venir? preguntó. - No. Vayamos nosotros, así de paso voy conociendo los pasillos de esta compañía. Una empresa como una ciudad ...
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