1. En el probador del Zara del Factory


    Fecha: 29/04/2018, Categorías: Fetichismo Hetero Autor: Sevillano, Fuente: CuentoRelatos

    ... malas. Pero como todo lo bueno se acaba, la cerveza llegó a su fin. Se me pasó por la cabeza pedirme otra pero… sería pasarse. Nada Me levanté. No había pasado demasiado tiempo así que mi mujer estaría todavía a lo suyo. Caminé un poco hacia atrás y entré en la tienda Puma. Estuve viendo alguna ropa de deporte, algunas zapatillas, el culo de una dependienta, alguna sudadera... lo normal. Al rato me acerqué al Zara a ver si, por suerte, mi mujer andaba allí. No había mucha gente. Pero mi mujer tampoco. De todas formas me asomé a la parte de los probadores por si se daba la casualidad, improbable, de que andara por allí. No hubo tampoco suerte y decidí que, visto lo visto, al final si me pediría otra cerveza. Quizás no jarra, sino tamaño normal. Pero iría por ella. Cuando salía de la zona de los probadores escuché un siseo que me llamaba. Supuse que quizás sería mi mujer. Estaban todas las puertas blancas abiertas, menos la penúltima de la derecha, que estaba sólo levemente abierta. Me acerqué y unos ojos oscuros me esperaban allí. No eran los de mi mujer. Es más, eran unos ojos muy jóvenes. Quizás demasiado. -Disculpa, podría pedirte un favor? - me dijo con una voz que sonó aniñada. -Claro, dime -dije con voz titubeante -Entra mira. En ese momento tendría que haberme ido de allí. Tendría que haber caminado por ese pasillo y haberme ido en busca de la cerveza. Pero entré. Era un espacio muy reducido. Un gran espejo, típico en un probador, en uno de los laterales. Un pequeño ...
    ... banquito de madera en una esquina, cubierto de ropa. Y un perchero en la pared, con una bolsa y más ropa. -Es que no sé de verdad como me queda esto. Me lo veo bien pero… quería tener otra visión? Cómo me lo ves tú? Y se giró, subiéndose al mismo tiempo la camiseta que llevaba. Tengo en la mente grabado a fuego como iba vestida. Cada detalle de lo que vi allí. Iba descalza, ya que en una esquina del probador descansaban unas zapatillas de deporte y unos mini calcetines. Eso mostraba que era bajita Llevaba una camiseta de color rojo, entallada, que era la que se levantaba. Dejaba eso a la vista parte de su espalda. Y con eso, sin obstáculo, lo que quería enseñarme. Eran unos pantalones vaqueros entallados. El tejido se le apretaba a la piel y le marcaba un magnífico culo y unas piernas de ensueño. En el trozo de piel de la espalda que se quedaba sin tapar se le veía un tatuaje, un tribal, que se perdía dentro de los tejanos. Titubeando yo le dije que le quedaba genial. A través del espejo vi que sonreía. Sería difícil de decir su edad. Aunque espero que tuviera más de 18 años, claro. Por ahí andaría. Era morena, ojos oscuros. Cara pequeña. Nariz algo respingona y dentadura de cine. En las orejas, como pendientes, dos perlas. El pelo lo llevaba hacia atrás, recogido en una gran cola. Una piel tirando hacia el moreno. Y otra cosa que no puedo olvidar. Su olor. El pequeño espacio estaba lleno de su olor. Un olor fresco, a frutas... a vida. Yo estaba a pocos centímetros de ella y me ...
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