1. Enséñamelo todo


    Fecha: 02/05/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... paquete y me estremecí al imaginar la polla que habría debajo. Sonreí con malicia y pense que ingenuo era aquel chaval. Su cara era un poema, se puso lívido y sus ojos se abrieron de par en par. El impacto de la pregunta le dejó mudo... Estuve a punto de explotar en una sonora risotada pero me contuve, ya que no quería que se sintiera aún más incomodo. Berto salió del "coma" y balbuceando acertó a decir que no era virgen, pero que su experiencia se limitaba a un par de polvos rápidos con colegas de clase. Berto creo que no sabía si echar a correr como alma que lleva el diablo o quedarse quieto y esperar a ver en qué acababa todo aquello. Optó por lo segundo... Yo pensé porque te deseo imbécil, porque hace dos meses que no siento una polla dura en mi coño, porque quiero que me des por culo, que me estrujes las tetas y que luego te corras en mi cara... finalmente le dije simplemente que quería hacerle un favor a un amigo de mi hijo y lleve mi mano a su paquete. ¡Qué sensación!. Froté suavemente aquel bulto y notaba claramente que iba ganando cuerpo. Tanteé la dimensión de su polla y me dije que aquello prometía. Desabroché el cinturón de su pantalón se lo bajé hasta las rodillas y vi como asomaba su pene a través de un minúsculo slip. No podía esperar más así que me arrodillé delante de él y bajé de golpe aquella tela que me impedía ver lo que quería. ¡Que visión!. No era tan grande como mi amiguito pero alcanzaba con holgura los 18 cms. y era de verdad. Me la quería comer a ...
    ... mordiscos y ese fue mi primer impulso, pero me dije que una buena profesora jamás debe acortar una clase. Acerqué mi boca y besé su glande, rojo y brillante, pasé mi lengua con suavidad por toda la verga de arriba abajo, de abajo a arriba, saboreando el momento. ¡Que placer!. Bajé hasta sus huevos y metí uno y otro alternativamente en mi boca mientras mi mano frotaba su pene lentamente. Aquello tenía que durar. Berto gemía de placer. No sé si alguien le había hecho antes algo así pero sabía que estaba disfrutando como nunca. Yo me notaba completamente mojada. Tuve que llevar mi mano hasta el coño para aplacar aquella quemazón. Metí su polla en mi boca y comencé a tragarla hasta donde podía que era casi entera. Mientras, le masajeaba las pelotas. Noté que su excitación iba a más y que ya estaba a punto. De repente me aparté y grito creo que de dolor y de rabia. - Joder dónde vas... Me incorporé y me quité la camiseta, el pantalón y las bragas. El me miraba con deleite, probablemente celebrando su suerte. El tiempo de espera no había disminuido su erección, bendita juventud, por lo que me senté sobre él dispuesta por fin a sentir una polla de verdad en mi coño. Tranquila tía, pensé, no te precipites, saborea el momento... lentamente abrí mis piernas, aunque el deseo me mataba, y apunte aquel pollón en la dirección precisa para después ir sentándome despacio hasta que entró completo. Había entrado tan fácil y se había acoplado tan bien que pense que nunca había estado tan mojada ...