1. El lechero 5


    Fecha: 24/09/2017, Categorías: Gays Autor: roy93h, Fuente: SexoSinTabues

    ... fuego del ardor que tenía. Mientras me lavaba, noté que lo tenía más grande que antes, tanto que cuatro de mis dedos entraban enteros fácilmente. Desnudo como estaba, fui para el comedor, donde estaban los tres conversando alegremente y haciendo comentarios sobre lo que había pasado en el dormitorio. Al pasar por al lado de mi “cuñado”, éste me tomó de la cintura y me sentó en su falda, comenzando a acariciarme todo y a besarme la espalda, el cuello, la cara y la boca. Entendí que ahora le tocaba a él cojerme. Pronto sentí su dura verga y comencé a moverme sobre ella suavemente. Me apretó aún más fuerte contra él, y luego de besar mi boca varias veces, dijo: - ¡Quedate quieto, putito caliente, por favor, que ahora vas a tener que descansar un poco! ¡Por hoy basta muchachos, sino lo vamos a matar al pobre! – dijo, hablando con los otros. Sentí un gran alivio cuando dijo eso, porque en realidad, mi cuerpo no daba más ya. - Estamos de acuerdo – le contestaron los otros dos. - Ahora preparamos la cena, comemos y nos acostamos todos porque mañana hay que madrugar para ordeñar y hacer el reparto, como todos los días. ¿Vas a ir conmigo Pedro? – preguntó mi hombre. - Si tío, mañana te voy a acompañar. Dicho esto, todos se pusieron a preparar todo para cenar, jugando conmigo de vez en cuando. Cenamos y nos dispusimos a acostarnos. Mi “cuñado” y Pedro, se acostaron en unos colchones que habían dispuesto en el comedor, y mi macho y yo, nos acostamos en la cama del dormitorio, desnudos ...
    ... los dos. Dándole la espalda, me recosté bien a su cuerpo, dándome vuelta para besar su caliente boca. Sus manos me acariciaban con firmeza, haciéndome vibrar, y muy pronto sentí su hermosa verga que se colaba entre mis piernas, moviéndose lentamente. - ¡Qué divino que sos, guachito mío! – decía - ¡Vos sos divino, mi macho! – le contesté - ¿Te gustó todo lo que pasó? - ¡Me gustó muchísimo, pero más me gusta estar con vos, así como estamos ahora! ¡Ponémela, por favor! – le dije, moviendo mis caderas. - ¡No, mi amor! – me contestó. Ahora hay que descansar porque tengo que madrugar mucho. Además estoy agotado con todo esto, y tengo mucho sueño. - ¡Dale, no seas malo! – le rogaba, acariciando su caliente verga. - ¡No, mi negrito divino! ¡Vamos a dormir! - ¡Bueno! – le contesté resignado. Pero mañana no te me escapás, mi macho hermoso – le dije. Muy pronto nos dormimos los dos abrazados. ¡Qué manera hermosa de dormirme!. Abrazado por mi macho, apretado contra él, y con su verga entre mis piernas… Cuando me desperté al otro día, estaba sólo en la cama. En la almohada había un papelito que decía: “Volvemos como a las tres de la tarde del reparto. Portate bien con mi hermano. Un beso grande, mi amorcito. Hasta luego”. Me levanté, fui al baño y cuando salí fui para el comedor. Allí estaba mi “cuñado” esperándome con el desayuno listo. - ¡Vení nene hermoso!. ¡Sentate acá a desayunar! – me dijo, golpeándose las rodillas. Me senté allí, y mientras desayunaba, con un apetito enorme por todo ...
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