1. Esclava de uno, puta de todos


    Fecha: 10/05/2018, Categorías: Sexo con Maduras Voyerismo Sexo en Grupo Autor: Femmefatale969, Fuente: xHamster

    ... que se ponga un enema, en la sesión puede pasar cualquier cosa y debe estar preparada. Cuando acabe vístase, le dejaré lo que necesita encima de la cama”.Mi cuerpo se soliviantó de arriba abajo, noté como enrojecía por fuera y por dentro, ¿un enema? ¡¡Joder un enema!! ¿Pero esto qué coño es?. Sin embargo había algo que no dejaba de excitarme y de provocar mi pasión.Me dejó sola, y sin dudarlo ni un instante me dirigí a la mesa, me tomé el laxante y me desnudé por completo, preparé la pera con el líquido. Me notaba completamente enardecida, como si estuviese fuera de mí. Me imaginaba a Luis viéndome por algún sitio y excitándose conmigo y eso me provocaba todavía más. En menos de diez minutos, noté un fuerte dolor en el estómago y corrí al wáter. Casi no llego. Noté cómo mi estómago se vaciaba por completo. Después de limpiar bien mi culo me dirigí hacia la bañera y me metí en ella con la pera en la mano, busqué el agujero y me la introduje. Al apretar, sentí el agua caliente entrando hasta mis entrañas, era una sensación agradable. Inmediatamente comencé a notar como rebosaba de mi culo e iba cayendo por mis muslos, aún estaba un poco sucia, pero creo que a todas luces dejaba claro que estaba preparada. Me senté en la bañera, dejé que el agua me cubriera por completo y me relajé durante unos minutos.Al cabo de un rato salí de la bañera, me sequé, me peiné, me maquillé y me perfumé. Con el albornoz puesto salí a la habitación. Allí me esperaba el Señor Arteaga, sentado ...
    ... plácidamente en uno de los sillones. Miré hacia la cama. Unas medias negras de encaje, unos zapatos de tacón muy fino, una máscara de latex y un collar de perro. Nada más.Al ver mi cara de extrañeza Jorge Arteaga intervino: - mire Sra. Muñoz, usted a todas luces es una dama, pero esta tarde esa dama va a dejar paso a la perra más depravada y sucia que se pueda imaginar. Se lo aseguro. Sólo póngase esa ropa, del resto me encargo yo”.Sus palabras me excitaron aún más de lo que ya estaba. Me puse las medias, los zapatos y la máscara. Me miré en el espejo. Había algo extrañamente seductor en esa figura madura, ya alejada de la juventud, que se asomaba ante mi vista. Arteaga se me acercó por detrás, me colocó el collar de perro en el cuello y colgó de él una cadena, a la vez que me susurraba al oído: - es usted la perra más apetecible que he visto en mucho tiempo.Tiró de la cadena y me obligó a ponerme de rodillas, me fue paseando despacio por la habitación dirigiéndose hacia la puerta que vi cerrada desde que entré en la habitación, a la vez me fue hablando. – Sra. Muñoz, desde estos momentos solo tiene una misión, olvidarse de lo que quiere, de lo que le apetece o de lo que le da miedo y centrarse en los hombres que la van a rodear. Sólo el placer de ellos es importante. Usted es su perra, su objeto de placer y de lujuria. No puede decir que no a nada, así ha sido pactado con su marido. Ahí fuera hay quince hombres esperando. Se les ha dicho que pueden hacer con usted lo que quieran, ...